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Reconocimientos y homenajes PDF Imprimir E-mail
Escrito por administrador   
Sábado, 21 de Junio de 2008 12:02

 


 

 

Dias pasados, el 30 de mayo, tuvo lugar en el Ayuntamiento de Gaucín un emotivo acto, de reconocimiento por dos donaciones de cuadros y, fundamentalmente, por el objetivo que tenía de homenajear a los anteriores Alcaldes, Prudencio de Molina, Louis Serrano y Francisco Gómez.

 

 

 

 

Se inició con la intervención del Sr. Alcalde Teodoro de Molina de Molina, quien expuso la finalidad del acto y cómo el Ayuntamiento, principalmente, quería plasmar el reconocimiento del pueblo de Gaucín a quienes, desde la instauración de la democracia, habían trabajado para su engrandecimiento y prosperidad.

Explicó la dinámica del acto y me cedió la palabra, por cuanto había sido invitado para hacer la presentación del mismo, invitación que había aceptado gustosamente por las razones que expuse y que transcribo a continuación:

 

“Señoras y señores:

He recibido un doble honor en esta tarde de finales de mayo:

Por un lado, la aceptación de mi donación pictórica al Ayuntamiento, con la colocación del cuadro “El Castillo de Gaucín” en las nobles paredes de la Casa Consistorial.

Nada hay más gratificante para un aprendiz a pintor que ver una muestra de su imaginación colgada en el frontispicio del lugar donde los nativos discuten y resuelven por el bien de su pueblo. Ese Castillo, que mi ilusión ha plasmado en esos trazos que pretenden insinuar nuestras esencias, que permanece en la brumas de los tiempos, mientras –permitidme esta licencia poética-


Los árboles se mecían

sin quejarse

de las revelaciones de las golondrinas.

Las aguas y sus fuentes

resbalaban de peña en musgo

correderas como uñas de caballo.

El aroma del ambiente

-vaso de almizcle destapado-

me suspendía en su seno.

El Castillo me miraba,

compañero de los años,

sobre una ciudad de soles y lunas.

Y, mientras los vientos

conducían mensajes de amor

de las aves y las flores,

ella sonreía tras la languidez

de sus pestañas.

Pero, volvamos a la realidad. Me es permitido compartir espacio artístico con los lienzos que rememoran a los Alcaldes de la democracia, debidos a la mano experta de J. Antonio Martín Gutiérrez, “Guti”, así como el cuadro emblemático del escultor estadounidense, afincado en Gaucín desde 1980, Bayard Osborn, quizá el mas representativo de la veintena de artistas residentes en nuestro pueblo, que precisamente en estos días exponen en “Estudios Abiertos en Gaucín” sus trabajos como pintores, escultores, grabadores, fotógrafos y ceramistas, lo que es muestra de la simbiosis entre arte y pueblo.

 

 

 

 

 

Por eso decía que, en este contexto, el inmerecido reconocimiento de hoy supone para mí, una enorme satisfacción, al ver unida, salvando las distancias, mi maestría nada menos que a una muestra que es prestigio y ejemplo del arte internacional. Trabajador incansable del espacio, como sin excepción se le reconoce, y a la vez vitalista convencido, Osborn prestigia cualquier lugar que acoja una expresión de su obra. 

La honrosa obligación, por otro lado, de poner de relieve las figuras de los tres Alcaldes de la época democrática, que ya no permanecen en las tareas políticas -hacer la apología de tres personajes de nuestro Gaucín-, la acepto gustosamente, desde una triple significación: son los tres máximos representantes de un Ayuntamiento al que serví como fedatario en los albores de mi profesión y por el que siento un profundo cariño que, lógicamente, se hace extensivo a todo aquel que haya prestado su empeño por engrandecerlo, como ha sido el caso que nos ocupa; asimismo, con los tres me unen lazos familiares –directos o por afinidad- que hacen mas grato el quehacer que me ha encomendado la actual Corporación, por lo que quedo profundamente agradecido; y, en tercer lugar, porque son tan notables las biografías que se me ha encomendado, que es, no solo un honor, sino que también una delectación esbozar las mismas. 

Como ya comprenderán, no es tarea fácil para mí, ser objetivo en la glosa de sus méritos y cualidades, puesto que todos ellos, aparte de lazos de amistad sincera, que se ve reforzada por el paso del tiempo, tienen una amplitud de méritos que acrecienta la dificultad de una breve exposición, cómo aconseja la prudencia en el uso del tiempo, en estos casos.

 

 

 

De todas formas, dejo una vez más constancia de la satisfacción que para mí supone el participar en este acto organizado por el Ayuntamiento, complacencia que se ve reforzada por la personalidad de los homenajeados, de quienes de entrada diré que, al margen de los muchos méritos y actividades que jalonan su currículum –y a los cuales me referiré sintéticamente más adelante-, han sido, sobre todo, personas capaces, entusiastas, generosas y honestas. 

Sin más preámbulos, vayamos a la tarea. Lo haré por orden cronológico de su dedicación al municipio, dejaré constancia de algunos rasgos de su historial académico y profesional, así como haré un pequeño bosquejo vital, con indicación de los respectivos frutos cosechados durante su mandato, y las características que, a mi juicio, conforman su impronta personal.

Prudencio de Molina Serrano, había nacido en nuestro pueblo en plena guerra civil, el 11 de enero de 1936, en un contexto traumatizado por la horrorosas consecuencias de la fraticida contienda, aunque –por su natural bondadoso y abierto- estas circunstancias nunca trascendieron de forma negativa en sus relaciones vecinales, lo que se manifestó asimismo durante el periodo en que ejerció de Alcalde. 

Los primeros años de su niñez los pasó en Gaucín, la adolescencia en Ronda donde estudió el bachillerato -Colegio "El Castillo" de la Orden Salesiana-. Llegado el momento se trasladó a Sevilla donde comenzó la formación preuniversitaria, en el Colegio Alfonso X El Sabio, examinándose en el Instituto San Isidoro. En esta institución sevillana aprueba el "PREU" y la selectividad. Cursó sus estudios en la Facultad de Derecho de la Hispalense, y los terminó en la Universidad de Granada. Ejerció como funcionario de Administración Local en la localidad de Jimera de Libar de la que fue Secretario de su Ayuntamiento. Es el único de los homenajeados que, desgraciadamente no se encuentra entre nosotros, pues murió el nueve de septiembre de 1993. 

Prudencio tomó posesión de la Alcaldía en 1970, si bien había conocido la política municipal unos años antes (en 1967 fue concejal con Joaquín Nieto Román.), renovándose parcialmente la Corporación en 1971 con la que diseñó algunos de los proyectos que a la larga resultarían vitales para Gaucín. En 1974, el equipo de gobierno municipal sufrió algún retoque, y entraron, entre otros, los aquí presentes Teodoro de Molina Furest y Francisco Gómez Román. Nueve años presidiendo el Gobierno Municipal de Gaucín dieron excelentes resultados para un periodo de nuestra historia en donde la ciudadanía del país no podía participar. La instauración de D. Juan Carlos como Rey de España, le cogió en pleno desempeño de sus funciones, que supo desarrollar de forma ejemplar hasta las primeras elecciones democráticas de 1979. Durante su mandato fue nombrado Diputado Provincial, cargo que sirvió con eficacia durante años. Fue distinguido con la “Jabega de plata” por sus notables servicios a la Diputación Provincial y Manilva le concedió el “Racimo de uva”, de oro, por su decidida intervención en las gestiones para que fuera una realidad la Carretera Gaucín-Manilva. Precisamente éste puede considerarse como su mas emblemático logro, sin olvidar otros como la Escuela Taller y el Centro medico regional -que posteriormente se trasladó a Algatocín-, la instalación de la Gasolinera y otras realizaciones que se lograron, mas que por las disponibilidades económicas –escasas en aquellos años- por el tesón y desprendimiento de nuestro amigo Prudencio durante el desempeño gratuito del cargo.

Es así como ha de ponerse de relieve el despegue económico del Gaucín de aquellos tiempos, del que son muestras las numerosas mejoras realizadas durante su mandato. Y, a mi juicio y sobre toda otra realización, como ya he dejado anotado, la apertura y entrada en funcionamiento de la carretera a Manilva, punto álgido del desarrollo posterior de Gaucín, logrado gracias a su empeño y al de la Corporación que presidió, hasta el punto de comprometer sus patrimonios personales por el buen fin del proyecto emprendido. 

Prudencio, en definitiva, fue un hombre generoso, lo que significa capacidad de dar y de darse, entrega a los ideales y a las personas, sin duda una personaleal.

 

 

 

Luís Serrano Román, nació en Gaucín el 7 de marzo de 1948, hijo de Manuel Serrano González, que había sido Alcalde de nuestro pueblo en los años 1938 y 1947. Cursó estudios en Gaucín en la Escuela Primaria de D. Juan Ortega Calvente y, posteriormente, con Sebastián Larqué. Estudió el Bachillerato como alumno libre en Algeciras y, también por libre, cursó sus estudios de Magisterio. En 1966 inicia su profesión en Jimera de Libar, luego en Fuengirola y supera la oposición el año de 1968. Ejerce en Algeciras y, posteriormente, en Gaucín donde desempeña la docencia durante 17 años, hasta el año 1987, en que se trasladó a Estepona. En ella que continúa como Profesor de Lengua y Literatura en el Instituto de Enseñanza Secundaria “Monterroso”, mientras compagina sus tareas docentes con los estudios de la Licenciatura de Geografía e Historia. 

Tuvo el honor de ser el primer Alcalde de la Democracia, resultando elegido, como cabeza de lista del Partido Socialista Obrero Español, en las elecciones celebradas el 19 de abril de 1979, de lo que él blasona –y con razón- por haber ayudado a la restauración de las libertades y de la democracia. Fue reelegido en 1983, frente al partido AP (en el que figuran los otros dos homenajeados en este acto) Y cesó en las elecciones de1987, a las que no se presentó. 

En la difícil etapa de la transición que le tocó vivir como primer edil, supo compaginar con esfuerzo y solvencia los deseos de cambio, con la serena solución de los problemas que se presentaron en aquella convulsa etapa de nuestra historia. 

Durante su mandato, las infraestructuras gaucinenses alcanzaron importantes cotas, entre las que cabe reseñar la terminación de la carretera a Manilva, con la construcción del puente sobre el Genal y el asfaltado de la misma. Trajo el agua desde el nacimiento del Peso, ampliando la red existente y estableció la red perimetral de colectores centralizada en La Pasadilla. Entre las numerosas calles pavimentadas durante su mandato, destaca la apertura al tráfico rodado de la calle Parras, así como la reforma y adaptación a las exigencias técnicas del alumbrado de nuestro pueblo. Llevó a cabo la restauración de la Casa Consistorial e inició el Complejo Polideportivo en la carretera Ronda-Algeciras, con la construcción de la Piscina y Pista de Tenis municipales, y asimismo promovió la inicial llevada de la luz y el agua al Castillo y, supuso un avance la tramitación y aprobación de las primeras Normas Subsidiarias de Planeamiento. 

Fue un político empeñado en potenciar las esencias de nuestro pueblo, hasta el punto de ser reconocidos sus meritos con la Medalla “20 años de Democracia”. En este sentido, debo resaltar algo emblemático de su mandato: la vuelta de la tradicional Fiesta del Toro Ensogado. 

Fue una más de las muestras de su capacidad, entendida como la adición de tenacidad y talento. 

 

 

 

 

Francisco Gómez Román, nace asimismo en Gaucín, el 9 de septiembre de 1946, y ha ejercido el Magisterio en Churriana y Gaucín, en donde ha permanecido más de treinta años, y ha sido director y profesor de "La Academia”, lugar donde se han preparado gran parte de los alumnos gaucinenses de Bachiller. Cursó estudios universitarios en la UNED y obtuvo la Licenciatura en Ciencias Exactas, consiguiendo el número uno en las oposiciones a Profesores de Enseñanzas Medias, renunciando a ocupar vacante por mantenerse en Gaucín al servicio de la Alcaldía. Fue designado profesor de Matemáticas en el IES "Jorge Juan" de San Fernando, donde se ha jubilado recientemente.

 

Había formado parte de la Corporación en 1974 durante el mandato de Prudencio y fue elegido Alcalde en las elecciones de mayo de 1987, encabezando la lista del Partido Popular. Desde 1983 hasta las elecciones municipales de 2003 ha formado parte de manera continuada (en AP y PP) en la política municipal. Fue reelegido por primera vez en 26 de mayo de 1991 (ya estuvo en esta candidatura el actual edil Francisco Ruiz Sánchez) y por segunda ocasión en 1995. Cesó, después del periodo mas largo como primer edil de la época democrática, el 13 de junio de 1999 al obtener el PSOE la Alcaldía por un margen de nueve votos.

Ha sido Vocal de la Comisión de Enseñanza y Deportes de la FAMP. 

Durante su largo y fructífero mandato destacan realizaciones, como las encaminadas a completar la adecuación de las infraestructuras (pavimentaciones, nuevos accesos y mejora de los existentes, mejora de la captación del Peso y nueva conducción desde San Antonio y reposición de tuberías, gestión municipal de la basura, Parques, espacios públicos y plantación de árboles en zonas margínales, acondicionamiento de la carretera a Manilva, renovación total del alumbrado público, reparaciones en saneamiento, colectores y depuradora y otras), así como una decidida labor en edificios y servicios, tales como el remozamiento del Mercado, instalaciones complementarias en el Complejo Deportivo, la modernización del Convento y mejoras en el Castillo o la adecuación del Cementerio y la rehabilitación preferente de viviendas. Dio un fuerte impulso en materia turística con la construcción del Restaurante y Hotel en la Piscina y la Zona Turística en las Herrizas. No ha de olvidarse el dinámico impacto de la actividad formativa, de los que son ejemplos la construcción de un nuevo Colegio Publico, los centros de educación y formación y el fomento de programas de empleo, proyectos de cooperativismo y artesanía, la instalación del Museo etnográfico y, dentro de una intensa actividad cultural, la formación de la Banda de Música o la instauración del Festival Flamenco Valle del Genal. 

Estuvo en permanente contacto con el vecindario, a través de los Boletines de Información Municipal en los años 1991, 1995 y 1999, en los que expuso con minuciosidad la gestión municipal empeñada y solicitó la aportación de sugerencias, lo que habla de su apertura hacia la participación ciudadana. 

Y es que, por encima de todo y quizá como esencia que lo define, yo diría que es un entusiasta en el trabajo, en las relaciones humanas, en los proyectos colectivos, en suma, un entusiasta vital. 

De común tienen, aparte de la curiosa coincidencia de pertenecer a una misma parentela, por consaguinidad o afinidad, el acendrado amor a su pueblo y la disponibilidad al servicio de los demás. 

Después de años de retroceso hacia la decadencia, ellos potenciaron nuestros recursos, con mayor o menor acierto (a veces, incluso con fallos como en cualquier tarea humana, llena de luces y sombras), pero siempre con la mirada puesta en metas de prosperidad para nuestro pueblo, sin perjuicio de los obligados solapamientos entre las obras iniciadas por una Corporación y puestas en ejecución, finalizadas o mejoradas por la siguiente. Los desaciertos –que también los hubo- sólo representan las aristas de una obra cincelada a base de esfuerzo y entusiasmo, y que, en definitiva, configuran el contorno de una época que abarca treinta años de nuestra historia. Lo que es de agradecer. 

Decía Jorge Luís Borges aquello de que “la costumbre es lo más bello del mundo”. Y la costumbre se forja, esencialmente, en el paisaje de la infancia –la mejor patria del adulto-. En efecto, el Gaucín natal de nuestros tres amigos ha fijado sus señas de identidad más personales y profesionales, ello a sabiendas de que la “identidad es origen pero también es destino, es memoria pero también deseo”. Y, en este sentido, no me cabe duda de sus decididas apuestas por Gaucín y por sus vecinos. 

Los tres, y cada uno, con su particular visión política de la realidad gaucinense y los tres, sin renunciar a sus principios, llevaron a cabo diversas tareas, todas confluentes con el bienestar de la comunidad. Intentaron, y lo consiguieron, cambiar el rumbo de nuestro pueblo desde distintas perspectivas pero siempre con la mente puesta en un esperanzador futuro. 

En fin, no he de poner especial énfasis para decirles –porque ustedes estarán inmediatamente de acuerdo conmigo- que nuestros tres Alcaldes ha sido de aquellas personas que han sabido devolverle a la sociedad una parte importante de lo mucho que ésta nos ha dado. Han gozados de primordiales virtudes, de las que la sociedad actual no anda muy sobrada, como son la lealtad y el sentido de la amistad. 

No sería adecuado terminar esta intervención, sin dejar constancia de que estos reconocimientos y el homenaje que hoy reciben nuestros queridos Alcaldes, no hubieran tenido lugar sin la acertada y pausible iniciativa de la actual Corporación Municipal. Es significativo el sentido que se ha querido dar a este acto y ello habla bien de los propósitos que anidan en esta Casa de todos: recordar, agradecer, dejar memoria de lo acontecido… que es de ser bien nacido.

 

 

 

Y, para terminar, permitidme desgranar algunas estrofas de mi poema a Gaucín, que, en esencia, recogen el sentir que nos embarga en estos momentos. Dicen así: 

 

Las grises nubes abrazan

a pesar de nuestras voces

los árboles y las esperanzas

del Gaucín de mis amores.

Quédese todo tranquilo

en el valle del Genal

que yo buscaré la luz

en las montañas del mar.

Nuevo néctar brota

-aunque de otras tierras venga-

como dije en otra estrofa:

“Sí, bienvenida seas

leve savia nueva:

sin nuevas fachadas

y la esencia mora,

todo lo mantienes,

todo lo renuevas”

Fluye, suave, hacia la mar,

como siempre, mi río Genal.

A pesar de todo,

la esperanza florece

en los pequeños guijarros del camino,

mientras los buitres leonados

planean en el cielo infinito

y una leve golondrina se acerca

a mi corona de espinas.

El sol sigue cada día

besando las montañas

y sin puntualidad aparente

se esconde por el horizonte

blanco, azul, rojizo o malva,

a su capricho.

Y yo sigo temblando

al calor de las caricias....

 

Amigos, ha sido un placer ejercer de “presentador” de este acto.”

 

 

 

 A continuación el Alcalde, después de lamentar la ausencia de la viuda de Prudencio de Molina Serrano, cedió la palabra a Luís Serrano Román quien, en sentidas palabras puso de relieve el significado que su mandato tuvo, en especial por haber sido sufrido las secuelas del ignominioso intento de golpe de estado de 198, que gracias a la colaboración vecinal fue superado. Seguidamente, Francisco Gómez Román, glosó los hitos de las tres legislaturas en que tuvo el honor de presidir nuestro Ayuntamiento, cabiendo hincapié en la colaboración recibida. 

Ambos pusieron de relieve que solo habían intentado cumplir con la obligación que les habían conferido los votantes y reconocieron el trabajo y colaboración de funcionarios y vecinos. 

Después de las intervenciones, el Sr. Alcalde dio las gracias a los asistentes y se procedió por los interesados a retirar las cortinas que cubrían los distintos cuadros y retratos. 

 

 

 

 

 

Al acto asistió numeroso público, ya que habían sido convocados los ediles de las Corporaciones que habían formado los equipos de trabajo de los Alcaldes homenajeados, así como sus familiares.



 

 

 

Finalmente, hubo una copa de confraternidad en un bar de la localidad, siendo abonadas las consumiciones por los propios interesados, en un ambiente distendido y amigable. 

Creo que de estos actos, que ponen de relieve lo más positivo de nuestra convivencia, está necesitada nuestra sociedad y no hay más que motivos de alabanza para la disponibilidad de la actual Corporación.

 Por mi parte, desde luego ya que, como dije en el acto, es para mí un motivo de orgullo el reconocimiento que me hizo el Ayuntamiento al aceptar mi donación y, ahora, al colgar mi cuadro en las paredes del Salón de Actos.