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El Castillo de Gaucín en la Alhambra PDF Imprimir E-mail
Escrito por Salvador   
Domingo, 27 de Diciembre de 2009 23:51

 

 

 

Me acaba de mandar mi hermano Teodoro un estupendo reportaje sobre el cuadro de Villaamil, "El Castillo de Gaucín", que se han traido en una exposición itinerante, desde el Museo del Prado al Palacio de Carlos V en Granada. Así es que, lo subo de inmediato para la complacencia de todos. Gracias, Teo. 

 

 

 

 

 

Con un poco de retraso 

 

 

Hace ya más de unas semanas, y quizás más de unos meses, que Salvador me hizo el encargo de subir a la Alhambra, al Palacio de Carlos V, para ver una exposición conmemorativa del 150 aniversario de la muerte de Washington Irving, escritor romántico y, como tantos de ellos, viajero enamorado de nuestras tierras, con el fin de que le enviase una foto del cuadro de Genaro Pérez Villaamil “Vista del Castillo de Gaucín” que según él aparecía en la misma.La verdad es que por un motivo u otro me he ido retrasando en su requerimiento  y por poco no se clausura la exposición y no subo hasta la Alhambra.

 

 

 

 

 

El primer día de vacaciones me dije  “de hoy no pasa” y con la fresquita me encaminé hasta el castillo rojo.Digo con la fresquita y no miento. El viento casi huracanado se había llevado algún que otro pino de nuestra urbanización, más de un ciprés del paseo del Salón y producido otros varios desperfectos debidos a la furia desatada de Eolo durante la madrugada.Hacía tiempo que no subía hasta la Alhambra y me di un paseo a conciencia por sus exteriores para finalizar en el palacio de Carlos V con el propósito de cumplir con la petición de mi hermano.

 

 

 

 

El tiempo amenazante de lluvia, el aire en brisa más que apresurada dejando su frescura en tu rostro, hacían de esta mañana del recién estrenado invierno un momento especial para recorrer los caminos y vericuetos que conducen al recinto amurallado, extasiarte en la contemplación de sus bosques centenarios y ver correr a raudales las aguas perfectamente encauzadas por acequias diseñadas por nuestros antepasados árabes.   

 

 

Es el palacio, en su primera planta, la sede permanente del Museo de Bellas Artes de Granada, hecho que aproveché para hacer un recorrido por sus salas de esculturas y pinturas donde pude deleitarme con la contemplación de las más características obras de artistas granadinos como Rodríguez Acosta, Manuel Ángeles Ortiz o López Mezquita. De este último me detuve contemplando el bien conocido por todos los gaucinenses “San Juan de Dios salvando del incendio a los enfermos del Hospital Real”.

 

 

 

 

 

 

Al final del recorrido de nuevo me detuve ante un cuadro titulado “Dos máscaras” de una pintora que también guarda cierta relación con Gaucín, Maruja Mallo, el lienzo forma parte de una exposición temporal “Ceadoras del Siglo XX”, que finaliza en estos días.Al final me acerqué a ver la exposición conmemorativa que era mi propósito primero.

 

 

 

 

 

 Como explica perfectamente el tríptico de la exposición, ésta se encuentra dividida en cuatro apartados. Dentro del segundo de ellos, el viaje a España, es en el que se encuentra el cuadro de Pérez Villaamil. Con seguridad que Irving, al igual que otros tantos escritores románticos de la época pasó por Gaucín en su viaje a Gibraltar desde Granada, y seguro que contempló los paisajes que encandilan a todos los que se asoman a ellos desde las almenas de nuestro castillo. Castillo que es el motivo del cuadro de Genaro Pérez Villaamil. Una pintura propia de la época romántica que nos presenta el castillo adornado de todos los atributos que definían a la época.Temeroso de no poder hacerme la foto con el cuadro que mi hermano me había pedido, me acerqué hasta las azafatas y guías, que ante mi ruego de ser condescendientes con un gaucinense que había ido con el propósito fundamental de retratarse con el cuadro de Gaucín, accedieron a mi petición e incluso una de ellas fue tan amable de hacérmela.

 

 

 

 

 

Agradecido y con mi pequeño tesoro en la cámara, continué viendo la exposición tras lo cual volví sobre mis pasos disfrutando del paseo de vuelta durante el que hasta los rayos de un  tímido sol quisieron unirse a mi alegría por el deber cumplido asomando sus fulgores por entre las nubes que en poco rato enviarían agua en cantidades desproporcionadas sobre toda la ciudad.Antes de abandonar las inmediaciones del recinto, en las proximidades de los jardines del Generalife, me detuve a releer los versos que Jorge Luis Borges dedicara a la Alhambra y que aquí transcribo: 

 

 

versos de Borges

 

Grata la voz del agua
a quien abrumaron negras arenas,
grato a la mano cóncava
el mármol circular de la columna,
gratos los finos laberintos del agua
entre los limoneros,
grata la música del zéjel,
grato el amor y grata la plegaria
dirigida a un Dios que está solo,
grato el jazmín.

Vano el alfanje
ante las largas lanzas de los muchos,
vano ser el mejor.
Grato sentir o presentir, rey doliente,
que tus dulzuras son adioses,
que te será negada la llave,
que la cruz del infiel borrará la luna,
que la tarde que miras es la última.