En la escritura numero 137 (Folios 501-542) de la Notaria de Teodoro de Molina Salas del año 1887(Legajo P5376 DEL AHP), se efectúa la liquidación, división y adjudicación de bienes por fallecimiento de Francisco Calvente Gómez, casado en primeras nupcias con Maria Añón López y en segundas con Dominga Barroso Seiquel.

Uno de los herederos fue su hijo Juan Calvente Barroso, casado posteriormente con Justina Faura Serrano, al que se le adjudica el cortijo de “Juan Alonso” y casa en calle Velasco 88, que linda por “la espalda con el Egido Publico”. En el Folio 508 se adjudica a la viuda una casa en la calle Larga, 112, el cortijo de Los Olivos, una “casa bodega en el Callejón de la Candileja”, “la huerta nombrada de La Carraca, situada en el Río Genal, frente a la venta de la Carraca y linda a Poniente con el Camino de Gibraltar”, así como

“otra casa en la calle Llana, 34, de dos puertas falsas que dan una al callejón del Tuerto y la otra a la calle Piedras”.

Esta prolija escritura es abundante –como la mayoría de los instrumentos que encierran los archivos históricos- en datos sobre familias y personas, bienes urbanos o rústicos y otras circunstancias de nuestro pueblo, pero la traigo a colación en esta ocasión, porque nos da noticias nuevas del callejero de Gaucín, que ya sabéis es una de mis debilidades, a la que he dedicado más de un articulo en esta página Web. Entre paréntesis os agradecería que si alguno de los que leen estos articulo sabe de pueblos o ciudades en cuyo callejero se encuentre “Gaucín”, me lo comunique. Como sabéis, hay calles denominadas Gaucín en Valdepeñas de Jaén, Málaga, Tarifa, La Línea y Fuengirola (son las que yo tengo constatadas), pero debe haber otros lugares. Así es que, agradecido de antemano.

Asimismo,  la transcribo por referirse a un sitio especialmente querido por mí y al que he reflejado en varios de mis cuadros pues, no en vano, en él se inició la etapa más gratificante y completa  de mi vida.

"12 de abril", Acuarela.

Vayamos, pues, por partes.

Como habéis leído, en ella se encuentran (aparte de las citas de la huerta de La Carrasca y como linda con la célebre “Venta de la Carrasca”, aunque figuran sin “s”) dos nuevos topónimos en el callejero, concretamente, de dos callejones que no había visto con anterioridad, y una referencia al Ejido Público, a las espaladas de la calle Velasco, que sería el terreno detrás de las casas en el camino que discurre desde el Llano Ciruela hasta las escombreras de la finca de Rosenda que le unen al Camino de Gibraltar. El callejón que no se ubicar es en el que está la referida Bodega y al que llaman “Callejón de la Candileja”.

"Nocturno", óleo.

De todas maneras, el objeto principal de este artículo es el que se denomina “Callejón del Tuerto”, que, por lo que nos dice la escueta noticia, su inicia en la calle Llana, en el lateral de la casa numero 34. Eso parece deducirse de la circunstancia de que esta casa tenga dos puertas falsas, una de ellas a este Callejón del Tuerto, y la otra –al final de la cuesta- en la calle Piedras.

No se si lo he comentado en otra ocasión, pero es en este Callejón donde –siendo un imberbe- me “declaré” –como entonces se decía- a Pilar, precisamente el día 12 de abril de 1952, Sábado Santo. Ya han pasado cincuenta y ocho años de aquella inolvidable ocasión que, como podéis figuraros tenía las connotaciones inocentes de aquella época. Recuerdo que, más tarde en la reunión de amigos que hacíamos por las noches, nos preguntábamos sorprendidos si es que ya éramos novios. ¡Que tiempos aquellos de tiernos amoríos!

Trazs a grafito.

Bueno, corto el rollo y solo me queda deciros que es este uno de los sitios de Gaucín que he pintado en más ocasiones, tanto al óleo (un nocturno que tengo colgado en mi comedor), como acrílico, pastel o grafito. Con esta técnica he pintado el último, pero ahí tenéis otros ejemplos.

Bienvenido sea con su nueva denominación de Callejón del Tuerto