La verdad es que, en estos tiempos, no hago más que escribir de los años que cumplimos. Unos y otros. Ya se trate de nuestro 52 aniversario de boda, ya de los 50 años de mi hija Pili y, ahora, de los 72 de mi hermano Pepe. Es ley de vida. Antiguamente los años no tenían tanta importancia, pero ahora cada año es una fecha para celebrar, porque cada año que pasa está más cerca del final del camino… y del inicio de lo que vendrá.

Por eso mismo, se celebran con mayor alegría. El día 15 de marzo fue el cumpleaños -inmejorable porque está como nunca- de Pepe, nueve años menor que yo. Por cierto, los hermanos nos llevamos tres años cada uno: 81 el menda, 78 Francisca, 75 tendría María que murió en Granada a los 6 años, 72 Pepe, 69 Jesús, 66 Inma y 63 Teodoro. Con puntualidad matemática. Y por muchos años más.

Lo hemos celebrado en Nerja, coincidiendo con Teo que nos esperaba frente al mar. Un sitio verdaderamente delicioso. A mi me gustaría, cuando sea mayor, tener un descanso igual. Aunque, la verdad, lo que a mi me gustaría es una casita con vistas al Estrecho.

Subo al reportaje las fotos que nos hicimos el sábado. Y aprovecho la ocasión para hacer lo mismo con unos wasap que me mandó mi cuñada Maria Josefa que también paso el fin de semana con todos sus hijos y nieto en un hotel de los Montes de Málaga. Y otros de Ilde y Maite que se fueron con las perritas a las veredas de Zuheros (entre Luque y Lucena), terminando con otros de mis hijas.

Felicidades a todos. Empezando por nosotros: Pilar y yo, que nos lo merecemos por estar vivos. ¡¡¡Cualquier cosa!!!

Para ver las fotos, pinchad en

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