Imágenes

salva1.jpg

Contador de visitas

mod_vvisit_countermod_vvisit_countermod_vvisit_countermod_vvisit_countermod_vvisit_countermod_vvisit_countermod_vvisit_countermod_vvisit_counter
mod_vvisit_counterHoy56
mod_vvisit_counterAyer58
mod_vvisit_counterEsta semana220
mod_vvisit_counterSemana anterior445
mod_vvisit_counterEste mes1273
mod_vvisit_counterMes anterior1922
mod_vvisit_counterTotal1025949

Visitantes en línea: 3
29-03-2024

Busca en mi página


Designed by:
SiteGround web hosting Joomla Templates
TE ACOMPAÑO PDF Imprimir E-mail
Escrito por Salvador   
Jueves, 10 de Julio de 2014 18:48

 

 

 

Qué lástima comprobar como

se fueron para siempre

los trigos

y las cebadas

como hormigueantes caravanas

de  impotencia.

Qué fastidio intentar un alimento

tan sencillo y crujiente

como un churro.

O los buñuelos

atados a los juncos verdes

de mi esperanza.

 

A veces dudo del sentido que pudiera

tener la vuelta a mi pueblo

e intentar beber

las aguas de la sierra

que desde antiguo los romanos

traían en atarjeas.

 

Si ya todo está adulterado.

Si no puedes estrujar en la palma

de las manos los granos del verano.

Ni quemar tus labios

con los frutos

de sartenes humeantes de ternura.

 

Qué sentido, insisto con desgana, tiene asirte

a una tierra abandonada y yerma,

si ni tan siquiera puedo

percibir el oleaje en la distancia,

y el color de mis recuerdos

es como un gris álamo en otoño.

 

Gaucín: ¡Cómo has cambiado,

en tanto me consumo y te acompaño!

 

 

 

NOTA.- Estoy alegre porque, aunque con melancolía, he vuelto a intentar un verso. Y con el recuerdo de Gaucín, como centro.