TE ACOMPAÑO Imprimir
Escrito por Salvador   
Jueves, 10 de Julio de 2014 18:48

 

 

 

Qué lástima comprobar como

se fueron para siempre

los trigos

y las cebadas

como hormigueantes caravanas

de  impotencia.

Qué fastidio intentar un alimento

tan sencillo y crujiente

como un churro.

O los buñuelos

atados a los juncos verdes

de mi esperanza.

 

A veces dudo del sentido que pudiera

tener la vuelta a mi pueblo

e intentar beber

las aguas de la sierra

que desde antiguo los romanos

traían en atarjeas.

 

Si ya todo está adulterado.

Si no puedes estrujar en la palma

de las manos los granos del verano.

Ni quemar tus labios

con los frutos

de sartenes humeantes de ternura.

 

Qué sentido, insisto con desgana, tiene asirte

a una tierra abandonada y yerma,

si ni tan siquiera puedo

percibir el oleaje en la distancia,

y el color de mis recuerdos

es como un gris álamo en otoño.

 

Gaucín: ¡Cómo has cambiado,

en tanto me consumo y te acompaño!

 

 

 

NOTA.- Estoy alegre porque, aunque con melancolía, he vuelto a intentar un verso. Y con el recuerdo de Gaucín, como centro.