Escrito por Salvador
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Sábado, 23 de Agosto de 2014 12:56 |
Agradezco la cálida caricia de tus olas sobre mis pies doloridos de caminar en la sequedad amorfa del día a día.
Pero te vienes y, al instante te vas indiferente como si no me conocieras desde nunca jamás.
Cuando llegas me asombra que tu lánguida cadencia borre hasta las huellas de las pastosas gaviotas.
Cuando te vas, lenta e inexorable como el tiempo, lo haces aburrido de amores y desencuentros.
Eres, corazón mío, tenaz y acompasado hasta que la arritmia altere tus húmedos latidos..
Me enoja que tus olas no me sirvan de espejo en que alegrar las tristezas de los días que me restan.
Ay, mar, amigo y a veces gigante fiero còmo te echo de menos cuando te alejas.
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