Escrito por Salvador
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Viernes, 29 de Agosto de 2014 16:38 |
Déjame oír el canto de la fuente que susurra y ahoga los recuerdos, descolgados uno tras otro por los salientes del tiempo.
Déjame descansar junto a las aguas y que el amor me bese los pies descalzos de lágrimas en la noche indiferente y oscura.
Cuando retome el aliento volaré a mi tierra cautiva, donde la sombra se acorta hasta la madruga del alba.
Allí me acostaré en el regazo de las flores de la lobería, mientras el remanso del mundo macera de sueños las nuevas mareas.
Con Gaucín brillando en las pupilas.
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