Cuatro baladas tristes Imprimir
Escrito por administrador   
Domingo, 27 de Julio de 2008 17:58

 

I.-

 

Di algo

Aunque no puedas

Ni levantar el vaso

De mil tristezas.

 

Ilusiones borradas

A caballo del tiempo

O, quizá,

Abriendo grietas

De calizas tierras.

 

Estalactitas ocreadas

Sin transparencias

-saladas, agrias-

de lágrimas

suspendidas en el infinito.

 

Para nada.

 

 

II.-

 

 

He visto subir

Una niña

Por la escalera mecánica.

 

Adelanta el pié

-golondrina suspendida

tintinea una vida-

y cae tembloroso

con la mirada perdida

parpadeante

atrás/adelante...

 

 
Quien lo sabe...

 

Pero ya reposa en su meta

De mármol.

 

 

 

III.-

 

Nuevas olas se acercan.

 

Las veo

Con mis ojos de lava antigua

Resecos de vacíos

Aconteceres.

 

No merece la pena

Que las espere.

 

Ya han pasado para siempre

Y se alejan de tristeza

En la marea de mi corazón.

 

(Adaptada en “Molinos…”, pg. 27: “Aspas de molino se acercan”)

 

 

 

IV.-

 

A este hombre lo recuerdo

de otras tardes

de tiernas esperas.

 

Adivinaba mis deseos

que ahora ni me los pienso.

 

 
Envidio la mujer madura

en la mesa de al lado

sentada,

que mira fijamente

a su amante,

 

Como si fuera la primera vez

o la última mirada de la tarde.

 

Ruido de platos, voces, vasos...

Y yo, miro el vacío que me envuelve

y no espero nada.

 

 

(En el Corte Ingles, la tarde del día 27.4.01)