Una sonrisa y una tarta Imprimir
Escrito por Salvador   
Lunes, 01 de Diciembre de 2014 13:31

 

Esta Zorrera –para mi satisfacción y para vuestra paciencia- va de alegrías familiares. Espero que disculpéis este intimismo que sólo yo me permito, para vuestra desesperación. Habréis entrado en esta página para ver si se dice algo interesante de Gaucín y… solo vais a encontrar a un zorrero satisfecho de haberse conocido. Por ello, os pido disculpas. Pero, a los viejos se nos debe permitir todo, por lo menos espero que me perdonéis estas pequeñas auto complacencias.

 

 

La primera, se refiere a mi mismo: un reportaje con viejas glorias, “14 sonrisas para 2014”, en el Periódico “Jaén”. Pero, qué queréis que os diga: me gusta que hablen bien de mí porque, como cada quisque, tengo mi ego. Sobre todo, si hace referencia a lo que he intentado hacer medio bien toda mi vida: mi trabajo, mi profesión. Yo comprendo que no tiene mayor importancia, porque, entre otras cosas, no son más que campañas que hacen los periódicos, de vez en cuando, para hablar de lo más conocido y atraer lectores. Pero, en todo caso, me ha servido para dejar constancia de algunas cosas que siempre me han interesado.

 

Si podéis leer en el reportaje la información –las fotos son malas, como siempre- veréis que, aparte del relato de mis supuestas excelencias, hay dos referencias que siempre cuido en extremo. Una, al inicio de la entrevista, la constancia de que soy natural de Gaucín, un pueblo de la Serranía de Ronda, en la provincia de Málaga. Ya sabéis que, siempre que viene a pelo -a veces a contrapelo- me gusta hablar de nuestro pueblo en mis artículos en la prensa. Pues ya tengo la excusa para incluirlo en la Zorrera.

 

Y el otro motivo, es hablar de la familia. Empezando por una tal Pilar Valdivia Toledano –bastante ha tenido con soportarme tanto tiempo- como de mis hijos y consiguiendo que, entre las muchas fotos que mandé, escogieran una en la que estamos todos al completo. Los doce apóstoles de la unidad familiar, que es lo más importante de la vida. Ya con este detalle está justificada toda la entrevista.

 

La otra alegría de las que os hago partícipes es de que mi nieta Maria -Mariki le dicen lo que no me hace mucha gracia, pero es lo que hay-, la hija menor de Sandra y Salva, ha cumplido ya los 21 años. Sólo me queda confiar en que pueda celebrar en familia los 21 años de mi nieta Maite, la menor del clan. Faltan sólo siete años… menos da una piedra. Sea como sea, lo importante es seguir unidos y con alegría. No cabe mayor satisfacción. Con tarta o sin ella.

¡Ah! quiero advertiros que, aunque parezca que he engordado, como parece deducirse del reportaje del "Jaén", no es cierto del todo. Es que me puse un traje de cuando pesaba los 110 kilos (ya no me compro más ropa, para lo que me queda...) y se nota que floto en él. Lo digo para constancia de mi actual apolíneo cuerpo: sólo peso entre los 90 y 91. Aparte de que sea un chovinismo personal, es que no podéis figuraros lo que es caminar sin llevar encima cuatro botellones de Lanjarón de 5 kilos.

Así es que, lo comparto con todos los zorreros (que ya están en una media de 330 visitantes diarios) en este enlace

 

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