Imágenes

amoya.jpg

Contador de visitas

mod_vvisit_countermod_vvisit_countermod_vvisit_countermod_vvisit_countermod_vvisit_countermod_vvisit_countermod_vvisit_countermod_vvisit_counter
mod_vvisit_counterHoy19
mod_vvisit_counterAyer27
mod_vvisit_counterEsta semana46
mod_vvisit_counterSemana anterior339
mod_vvisit_counterEste mes960
mod_vvisit_counterMes anterior1330
mod_vvisit_counterTotal1027035

Visitantes en línea: 1
23-04-2024

Busca en mi página


Designed by:
SiteGround web hosting Joomla Templates
La reoca PDF Imprimir E-mail
Escrito por Salvador   
Lunes, 22 de Junio de 2015 11:42


Una roca es un mineral sólido y resistente. Atribuidas estas cualidades a una persona, es tanto como decir que estamos ante un hombre firme y constante. O ante una mujer, que es la impresión que tuve la otra mañana al encontrarme con una de mis alumnas más destacadas –de mis tiempos de profesor asociado de Derecho Administrativo en nuestra Universidad-, ahora recién confirmada Concejal por el PP en el Ayuntamiento de Jaén. Rosa Cárdenas –con protagonismo en el nuevo gobierno popular, he leído en los periódicos- es de esas personas, a la vez sencilla y perseverante, que tienen una pizca de utopía. En la conversación que mantuvimos, le planteé cómo había sido capaz de volver a embarcarse en una tarea, a mi juicio, de escasos horizontes, sobre todo a la vista de la penuria del erario municipal. Pero ella me dijo algo así como que merecía la pena luchar por las cosas difíciles pero en las que se cree. ¡Bendita ilusión!


Insistiendo en el tema, me gustaría fijarme en la locución coloquial “esto es la reoca” -¿más que una roca?- que se usa para calificar algo de extraordinario,  muy positiva o muy negativamente. Y es que la semana ha dado de sí mucho de nuevo –o de viejo- para bien o para mal. Tanto es así que creo que no  voy a tener espacio par detallar sumariamente las reocas, tanto meritorias como censurables, de esta semana. Lo intentaré, dado lo llamativo de nuestra actualidad, aunque demore para la próxima semana algo tan sustancial como la publicación de la encíclica ecológica Laudatio Si’, del Papa Francisco, con incidencia en la pobreza y la economía.


Creo que la reoca negativa es patrimonio de unos y otros. Así, entre los viejos conocidos, el gremio de los bancos y mercaderes ha irrumpido con fuerza sibilina: Linde, BCE, pide a los jóvenes que ahorren para que puedan disfrutar de pensiones; González, BBVA, mantiene que la corrupción que se está conociendo ahora son hechos del pasado (aunque saltan nuevas imputaciones de políticos del PP y del PSOE)  y se muestra benévolo con la alternancia política actual, claro que “si hay buenas propuestas… porque el populismo es un viaje a ninguna parte que siempre pagan los más débiles”; lo dijo en un acto arropado por Montoro que advirtió a los nuevos alcaldes –por un casual- de que tienen que cumplir la ley y que siguen vigentes los límites al déficit y la deuda; Rosell, CEOE, vuelve a las andadas, al pedir que se termine con los corruptos pero sin hacer saltar todo por los aires; Garamendi, CEPYME, ha solicitado el despido libre y la flexibilidad en la empresa, así como la reducción de impuestos. Las viejas prácticas reverdecen y, a lo que se ve, estamos en campaña permanente.


No lo puedo asegurar, pero parece ser que tampoco escapan a esta perspectiva censurable los nuevos especimenes y ahí tenemos a los Maestre,  Zapata y tuiteros mártires, que vienen a poner de relieve que en todas partes cuecen habas. No digamos nada de las críticas vertidas contra el elenco de medidas de primera mano que han desplegado los recién venidos (usos de bicicletas, metros, autobuses, camisas blancas, gorrillas de gañanes… intervenciones personales en desahucios, conversaciones con banqueros… el palco del Real, los bocadillos del verano para los niños…) que al parecer sólo son “postureos”  de populistas redomados. Para aliñar el revoltijo, hemos conocidos un informe ministerial que desmenuza los planes de Ahora Madrid para desacreditar sus promesas electorales, mientras la alcaldesa madrileña da marcha atrás y afirma que el programa electoral "era un conjunto de sugerencias". Un verdadero bochinche, en palabras del todavía portavoz Rafa Hernando.


Me van a permitir, en todo caso, que sitúe en la cima de este guirigay al retoñado Rajoy –desperezándose en su eterna poltrona- que lanza invectivas ante la deriva radical de los socialistas, vendidos al gran muñidor de la coleta. Es la reoca verle reconocer de boquilla sus errores, al ritmo que pregona el “hemos ganado las elecciones”. Mientras, el poder se le va de las manos por la unión de las mayorías “ilegitimas y antidemocráticas” y, en verdad,  por sus propios pecados de soberbia y de pretender ser el adalid del capitalismo rampante, el mayor recortador del mundo mundial. Ya parece ajado el argumento de la herencia maldita. Todo el mito del gallego prudente e impasible, se ha venido abajo con estruendo de dioses relampagueantes, lanzando anatemas a diestro y siniestro. Achacando todos los males habidos y por haber a Sánchez, un excéntrico, sectario y extremista irredento.


Por fortuna, también se vislumbran reocas positivas. No sé si una de ellas es el anuncio de que Aguirre deja el cotarro –desde luego, Rajoy descansará, si se cumple el vaticinio-, pero para ella sí que es de justicia no ser juzgada porque la nueva ley de su PP despenaliza la presunta falta que no debió cometer con su coche en  la Gran Vía. Sí me lo parece, en todo caso, el que el Arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, felicite a Carmena por su elección y disculpe a Maestre. Y, para no irnos muy lejos de nosotros, he leído en la prensa la reciente reunión entre el Alcalde de Jaén, J. E. Fernandez de Moya, y su equipo de gobierno con el grupo socialista, en un intento de limar asperezas. A esto hay que llamarlo pretender hacer política.


Con ello vuelvo al inicio de este comentario. ¿La reoca, la utopía? No lo sé, pero si que debemos tener motivos para caminar mirando al horizonte, donde después de la tormenta está la otra orilla, porque “lo antiguo ha pasado, lo nuevo ha comenzado” como nos recuerda la carta a los Corintios de este domingo. Y traigo a cuento  una cita del escritor uruguayo Galeano, recordado en la constitución del Ayuntamiento barcelonés: “La utopía está siempre en el horizonte. Camino dos pasos, ella se aleja dos pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. Entonces, ¿para qué sirve la utopía? Para eso, sirve para caminar”.