Escrito por Salvador
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Sábado, 02 de Abril de 2016 17:11 |
Se disponía a disipar el rocío y bajaba las laderas de mi lejana juventud con ágiles piernas de llamaradas vivas…
Hasta besar suavemente las orillas del Genal que allí seguían esperando el maridaje con la vida,
desde antes de que los iberos colmasen las fenicias ánforas de esencias oleosas.
El reflejo de sus rayos ocultaba sobre el río las sombras de mis existencia detrás del árbol de los años,
mientras los guijos en el meandro se pulían con las caricias del agua entre musgos de misericordia.
Y cabalgaba sobre reflejos hasta desembocar en la confluencia del genal con el guadiaro
allá a lo lejos, entre mis miedos y los llantos de la mies amarilla. Es el crepúsculo que mira hacia… … el sol
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