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El Laberinto PDF Imprimir E-mail
Escrito por Salvador   
Lunes, 28 de Octubre de 2013 09:54

 

No hay cosa más entretenida y, a la vez,  aleccionadora que la mitología, en especial  sus expresiones más imaginativas contenidas en los mitos griegos y romanos. Uno de los que más me atrae es el del laberinto, una diabólica construcción de la que es difícil salir, levantada por el hábil arquitecto Dédalo (padre de Ícaro, el de las alas de cera al que, después de salir del laberinto voló tan cerca del sol que se le derritieron las alas) y en donde estaba encerrado el Minotauro  (monstruo con cuerpo de hombre y cabeza de toro) a quien los atenienses debían ofrecer anualmente siete doncellas y otros tantos donceles.  Al  tercer año, Teseo se ofrece para el sacrificio y conoce a Aridana -la hija de Minos, rey de Creta-  que le ayudó dándole una espada mágica y un ovillo del hilo que estaba hilando. Teseo entra en el  laberinto, mata a Minotauro con la espada,  sale del laberinto con el ardid del hilo y huye con la enigmática Ariadna. Esta fabulosa leyenda no está tan alejada de la ficción que estamos viviendo en nuestra personal Creta, esta España de nuestros amores y desdichas. Más adelante les descifraré este insólito parecido.


Por el momento,  me contentaré con decirles que, en mi percepción personal y a propósito de las consecuencias de la conocida como “doctrina Parot”  (cuya aplicación impide a terroristas y otros condenados salir en libertad cuando han cumplido su condena, impuesta conforme a la ley vigente en el momento de la comisión de los delitos) el Presidente del Gobierno tiene un dilema, dédalo o laberinto  difícil de resolver.  Según  fuentes oficiales,  no asistirá, como tal,  a la manifestación contra la sentencia de Estrasburgo, bajo el bonito lema de “Justicia para un final con vencedores y vencidos”  -términos que creía obviamente superados en nuestra sociedad-, pero parece  que asistirá representado por  González Pons como presidente del partido popular, doble presidencia que intenta desdoblar. En todo caso, sobre el mismo tema, el dilema se transforma en argumento artificioso, ya que –no podía ser de otra forma- siempre resultará responsable del desaguisado José Luis Rodríguez Zapatero (leitmotiv que no desaparecerá en mucho tiempo), en esta ocasión a través del magistrado López Garrido, infiltrado en el alto Tribunal europeo. Le único detalle que se olvida es que este mismo Tribunal  fue el que se pronunció a favor de la ilegalización de partidos políticos pro etarras, la ley preconizada por el PP en 2002, en cuyo caso dicho magistrado no fue objeto de tacha alguna.

Habría que apostillar varias acotaciones al respecto. En primer lugar, que el partido del gobierno ha estado dudando durante cuatro días hasta decantarse abiertamente por asistir a la manifestación. En un principio, el Sr. Rajoy sólo supo sortear  el  chaparrón que se le venía encima, esquivando a los periodistas con aquello tan imaginativo de “llueve mucho”. Con posterioridad, hemos visto la avalancha de nombres que se ofrecen a arropar  con ventajismo político a las asociaciones de víctimas, al tiempo que, se achacan a socialistas y ZP los males que nos atormentan y sale a la luz el proyecto a la carta sobre el Estatuto de las víctimas. Y, para resarcirse, el propio Presidente ha opinado drásticamente diciendo de la sentencia que “no me gusta nada, es injusta y equivocada” (¡lo nunca visto ni oído!). Como colofón, me preguntaría si cabría una querella por detención ilegal contra el Tribunal que se opusiera a excarcelar a los afectados por la doctrina Parot.

De todas formas, el desconcertante  maremágnum  reseñado  no es una excepción en nuestro horizonte político-económico-. Bien  es verdad que parece existe una débil  recuperación, que se ha visto favorecida por el aumento de las exportaciones, pero es lo cierto que la importaciones han vuelto a caer,  la demanda interna sigue en recesión y el consumo se estanca. También parece cierto que  el panorama financiero se aclara –para los de siempre-,  pero se constata que, mientras  el  Santander  gana 3.000 millones hasta septiembre y el Sabadell duplica sus beneficios, el dinero que reciben  los bancos se  emplea en especular con la deuda pública y  el crédito sigue sin fluir a la pymes y a los particulares.  Asimismo es evidente  -pese a los intentos por  hacernos ver que ya ha pasado la crisis- que es continua la destrucción de empleo, aunque manejen con malabares los datos de la última EPA: el empleo generado es estacional por el empuje del turismo estival y de carácter temporal  (en el último trimestre, se crearon  169.000 puestos de trabajo temporal, mientras se destruyeron 146.000 empleos indefinidos). En el ínterin,  las mejores firmas empiezan a regular  empleos y a cerrar sus matrices…

Me parece improbable que alguien ponga tranquilidad en este frenético y diabólico monstruo de la permanente maraña de recortes y  frene la devastación de las conquistas sociales a las que llegamos tan difícilmente. Me da la impresión de que aquí ya nadie es capaz de tener una idea -aunque sea novedosa- para superar este entramado económico y, en especial, financiero -por aquello de los bancos- .que es el peor de los laberintos.

Por eso decía al principio que esto se parece mucho al mito del laberinto. Aunque se trate de una delicada ironía, es como si la crisis laberíntica la hubiese construido,  a base de torpezas y brotes verdes,   el mismísimo Zapatero, como un moderno Dédalo arquitecto-alquimista, e introducido en sus callejuelas sin fin al Minotauro de nuestros días, el paro rampante.  Las doncellas y donceles que hay que sacrificar serían  los pobres españoles con sus hospitales en ruinas mientras trafican con las medicinas gratuitas; sus escuelas por los suelos con sus docentes adocenados y sus escolares en el culo del ranquin mundial de la excelencia;  sus jóvenes pensionistas paseando a la bartola; sus funcionarios en permanente vacaciones y sus trabajadores cobrando la sopa boba de los liberados y practicando el sano deporte del fraude del desempleo…  No les digo más. Sólo que nos hacía falta un hermoso Teseo, que se sacrificara por nosotros y se lanzase al laberinto. Y lo hemos encontrado -benéfico y apoltronado  él- . Con la ayuda inestimable de la suerte (su amada Aridana) se ha lanzado con la espada mágica de los recortes contra Minotauro y lo está derrotando en toda regla. Verán ustedes como a lo más tardar en 2014 (o en el 15, o en el 16…) caerá con estrépito el dragón.  Por de pronto, Taseo ha empezado a salir del laberíntico túnel con ayuda del hilo verde de su amada.