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Mudanza de Parroco PDF Imprimir E-mail
Escrito por Salvador   
Viernes, 29 de Agosto de 2008 12:47

A todos nos llega el relevo, todo en la vida es mudanza, y, en nuestro pueblo, después de cinco años de permanencia entre nosotros, Pepe Morales, como a él le gusta que le llamen –qué diferencia con las ceremonias y las etiquetas preconciliares-, cambia de aires.

  

Le sustituye un joven segador recién abierto a la mies, que nos ofreció, en la Misa de bienvenida, su entrega a cambio de nuestra confianza. Tiempo habrá de valorar su paso por la Parroquia de San Sebastián.

 

 

 

 

Pero, es este el momento que ha de reservarse a quien ha sido nuestro guía espiritual en el último quinquenio y, además, ejemplo de saber estar, sobre la base de una inteligente visión de las circunstancias.

Hombre polifacético –poeta a su pesar, incluso pintor destacado- ha sido Pepe Morales, un hombre de trato afable y abierto a los demás, a lo que no siempre hemos sabido responder adecuadamente. Escrutador avezado de nuestros problemas como buen viajero del mundo, lo que le ha ocasionado algunos contratiempos, ya que  el hablar con claridad a veces no es aceptado por los torpes de espíritu y hay que tener en cuenta que las palabras dichas en un momento de ira pueden seguir lastimando durante toda la vida. Trabajador y cumplidor exquisito de sus obligaciones pastorales, con atención preferente a la juventud y a la pastoral catequística, como reminiscencia de sus largos años de misionero.

Se va, según nos dice, porque los cambios vienen bien a ambas partes, para que el roce con una vida ya demasiado hecha no ofusque la visión de los caminos verdaderos;  y se va con un grato recuerdo de los años pasados entre nosotros. También el pueblo le recordará con gratitud, sobre todo por los desvelos en la tarea de renovación del templo, lo que le ha quitado muchas horas de tranquilidad y sosiego. Ahí queda, no obstante, la reconstrucción de la techumbre, la remoción del artesonado y la adecuación de la torre a su estilo primitivo. Una obra importante, sin duda, que le inscribe en los anales de nuestra pequeña historia.

 

 

 

Pepe Morales se nos va, y me ha parecido percibir un deje de tristeza en sus palabras de despedida en la Revista de la Hermandad del Santo Niño: uno empieza a aceptar sus derrotas con la cabeza alta y los ojos despiertos. También lo acepta con realismo: uno debe plantar su propio jardín, sin esperar a que alguien le traiga las flores. Pero solo es metáfora de lo que el hombre necesita: renovarse, hacerse constantemente un hombre nuevo en el más puro sentido paulino; como él mismo nos dice, te das cuenta de que lo que estas haciendo y lo que no haces, aprovecha y hay que aprender a construir todos los caminos en el hoy, porque el terreno del mañana es demasiado incierto para hacer planes. En la Misa de despedida se cantó el Padrenuestro y hay una estrofa que le cuadra a la perfección, aquella que dice Padre nuestro de la vida…

 

 Quisiera realizar tu nombre

Viviendo aquí bajo el sol,

Tu mensaje de aquel monte,

De pobreza, paz y amor. 

 

De todas formas, yo le invitaría a intentar darse cuenta de todo lo bueno que tiene la vida; no, desafortunadamente, con el tiempo, sino desde ahora mismo. Desde el momento en que nos deja con un sabor agradable de lo que debe ser un cura, desde este momento en que él empieza a ser un nuevo hombre, renovado en la caridad de Cristo.

 

 Amén, Amén,

Que sea así siempre Señor.