Con motivo de la Canonización de Juana Jugán, fundadora de las Hermanitas de los Pobres, un grupo de gaucinenses hemos ido a Roma y aquí os traigo el testimonio fotográfico de nuestro viaje.

 

 

 

De todas maneras, lo importante era nuestro deseo de compartir, de alguna manera, con mi hermana Francisca tan importante acontecimiento en la vida de la Congregación. Os contaré.

 

Como siempre, mi hermana ha tenido la suerte de no ir a Roma y quedarse cuidando a sus ancianos en la lejana Viña del Mar. Hay que tener suerte, porque eran dos en la Residencia y, después del sorteo, le tocó a la otra hermanita. Ella se quedó tan contenta y aceptó la voluntad del Señor.

 

Pero nosotros quisimos desquitarla, de alguna manera, y Pilar y yo, con mi hermana Inmaculada y Miguel, nos decidimos a compensar su falta y acompañar a la Congregación en día tan solemne. Se lo dijimos a las hermanas Valdivia y, cómo no, se apuntaron en seguida, como es lógico con Teodoro a la cabeza, a los que se unieron Margarita Toledano y, a última hora, Antonio Calvente. 

 

Así es que, nosotros cuatro salimos en un autobús con otros veinte peregrinos, desde Jaén y en el aeropuerto de Málaga, se nos unieron los malagueños. En Roma ya estábamos todos, porque Antonio había volado directamente desde Madrid.

 

Aquello ha sido digno de ver, pues éramos tres mil peregrinos de las distintas casas de las Hermanitas de los Pobres, de todo el mundo. A nosotros se unieron otros que acudieron e la canonización de otros cuatro beatos, dos de ellos españoles, un inglés y el Padre Damián, el de los leprosos. Así es que se hablaba en todos los idiomas, cerca de quince mil almas, todas unidas por una misma creencia y –así sea- una misma caridad.

 

Nosotros íbamos con el expreso encargo de mi hermana Francisca de contactar con los Chilenos: la Madre Provincial de Chile, Sor Ana María de Monserrat, la hermanita Carla, que había sido la agraciada en el sorteo, a quienes acompañaban  una anciana de la Residencia de Viña del Mar, llamada Flor Toro, y una voluntaria de nombre Eliana, así como una cooperante Hilda y su hijo Remy. Pudimos contactar fácilmente con ellos, pues resultó que eran los más revoltosos de la peregrinación y siempre se les veía enarbolando su bandera y cantando su alegría. Eran un espectáculo. Nos los encontramos la primera mañana en San Pablo Extramuros, más tarde en San Juan de Letrán y en Santa Maria la Mayor y, cómo no, en la Plaza de San Pedro. Ah, también en la Casa de las Hermanitas en Roma (situada en el mismo centro junto al Coliseum, con unas vistas excepcionales desde las terrazas) y en la misa de acción de gracias que tuvimos la tarde antes de venirnos en el Santuario Della Madona del Divino Amore.

 

Para colmo, nos hizo un reportaje la televisión local de Viña del Mar en la misma Plaza de San Pedro y todos hablamos de nuestra tierra, de la relación que teníamos con Chile a través de mi hermana, Maria Teresa del Niño Jesús como le llaman en la Congregación, e incluso se gritó más de una vez ¡Viva Gaucín!

 

Quedaron en mandarnos un video de nuestra presencia y os prometo traerlo a esta página.

 

De momento, quede aquí el testimonio de diez gaucineños en tierras romanas. Por una vez, se ha cumplido aquello de “todos los caminos llevan a Roma”. Esperemos haber dado un paso en el verdadero Camino de nuestras vidas.

 

Para ver el reportaje, pinchar aquí

http://picasaweb.google.es/salvadormartindm/VIAJEAROMA#