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Un gaucinense en Suiza |
Escrito por administrador |
Jueves, 01 de Mayo de 2008 19:04 |
EMBAJADA DE ESPAÑA
No uno, sino varios gaucinenses tuvimos la oportunidad de viajar a Suiza, con motivo de la Conferencia pronunciada en Ginebra por mi hermano Teodoro. Tuvo lugar en el Collage et Ècole de Commerce “Nicolas Buvier”, sito en la Rue de St-Jean de la ciudad de Genève, el pasado jueves, día 17 de abril.
Respondió a una invitación de la Agrupación de Lengua y Cultura Españolas de Ginebra, patrocinada por la Consejería de Educación de la Embajada de España en Suiza. Versó sobre el tema “De la memoria oral al relato. La evocación y la tradición oral como recurso en el aula de lengua y literatura”.
Tenía por objeto un encuentro con los alumnos de los cursos superiores de la Agrupación citada para la exposición de algunas de las obras literarias más significativas de Teodoro, así como darles ideas, sobre la base de las experiencias que Teodoro había tenido en su carrera profesional, principalmente en la provincia de Granada y motivarles para sus primeras incursiones en el mundo mágico de la escritura. Los asistentes, en número considerable, siguieron con gran interés la exposición y, a diferencia de la práctica de nuestras academias, se encontraban en las gradas a nivel superior al conferenciante, como un símbolo de su importancia. Fue presentado el acto por el Director de la Agrupación, José Maria Adé Buil, quien puso de relieve la trayectoria profesional del conferenciante, impregnada principalmente por el intento de cambiar las estructuras del sistema educativo, y cómo fruto de este esfuerzo era su obra literaria –que nace de la escuela y vuelve a ella-, entre cuyos títulos citó a
Cascarabitos, El Caballero de la Triste Figura, Treinta años después, En Voz Baja, El Cuaderno del Inglés, Risas y Besos y los numerosos trabajos literarios y críticos que cuelga en las dos webs que mantiene en la red: “Alcázar de Venus” y “La Gaceta de Gaucín”. Aunque sólo fuese por haber oído mencionar a nuestro pueblo en tan prestigiosa tribuna, hubiera valido la pena el desplazamiento. Pero es que Teodoro, en su interesante charla, llegó a conmovernos al hablar de nuestro Gaucin, de la tradición oral recibida en nuestras calles y plazas, entre su familia, sus amigos y todo el entramado que posteriormente fue plasmando en sus libros, como una evocación de nuestros mayores y nuestras propias experiencias.
Todo ello, que subyace en nuestro subconsciente o en el de los que nos rodean, fue recreado con amenidad y sapiencia por el conferenciante, que cautivó al numeroso alumnado que asistió a la conferencia.
Al finalizar la misma, se entabló un animado coloquio con participación activa de varios alumnos que expusieron trozos de sus propias creaciones y recrearon algunos pasajes de los libros que Teodoro había glosado.
Sobre el contenido de la exposición, que mostró cómo nuestras experiencias –las más duraderas, aquellas que fluyen en el ambiente en que nos movemos- se convierten en registros escritos, os remito a la página Web de Teodoro, donde es de esperar para satisfacción de todos que “cuelgue” su conferencia.
Pero lo que a mi me interesa resaltar, en esta breve referencia, es cómo, más allá de la transcripción de los recuerdos, pudimos rememorar paisajes de nuestro Gaucín y pasajes humanos de los tiempos pasados de nuestro pueblo (sus primeros maestros: D. Juan, D. Mario, D. Teodoro; sus amistades, su familia) que a los alumnos les sirvió, por su realista exposición, para situarse y motivarse en sus tareas literarias, y para nosotros los gaucinenses que tuvimos el placer de escucharle en vivo fue un motivo emocionante para que aflorasen nuestros recuerdos en la lejanía.
Mereció la pena el viaje al país de los lagos y las nieves, situado en el corazón cultural y geográfico de Europa, muestra de un carácter y dinamismo singulares, peculiaridades que Teodoro supo transmitir a los que tuvimos el placer de escucharle.
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