Los cincuenta y tantos álbumes –de aquellos antiguos, acartonados y en los que las fotos se tapaban con una especie de celofán adhesivo- y las miles de fotos digitales que guardo en mi ordenador, hacen de viejo baúl de los recuerdos, al que de vez en cuando me acerco. Esta vez, he extraído treinta viejas fotos de personas o parejas que tenía al principio de unos álbumes en los que reuní por temas las más antigua.

En otras ocasiones he subido a esta página WEB los que ya sabéis que denomino “Gaucín en sepia” y ahora algunas salteadas en las que veréis de todo.

Desde las muy de color ocre, pardo o desvaído en las que es difícil distinguir a mis tías las monjas (hijas de mi abuelo Salvador y su primera mujer, África Martín Cañamaque, y María, ya de su segunda mujer, mi abuela María Jiménez), hasta las de color gris indescifrable (en la que aparecen, en una, Bellita Calvente con Amado Lindo y, en otra,  mi abuela Francisca con mi tío Joaquín, el Policía como le llamábamos, padre de los Molina Ortega).

Por cierto que he visto en WEB de mi hermano Teodoro (“La Gaceta de Gaucín”), entre sus enlaces, un Blog de Natalia de Molina http://www.nataliademolina.com/#!

que es nieta de Joaquín e hija de Agustín. Por lo que se ve, en la familia no faltan artistas que recuerdan a la decimonónica Amalia de Molina, cupletista renombrada.

Volviendo al reportaje fotográfico, que se puede ver en

https://plus.google.com/photos/118184867089338388542/albums/5767678528568948081

las que enumero a continuación (pues no he sido capaz de poner pie de foto en el dichoso Picasa):

Como los burritos, por delante van tres fotos de Pilar y mía: una en el puente, al principio de nuestro noviazgo, otra  mía de marinerito por los años cuarenta y una de Pilar, ya mocita. A continuación, una de los años treinta de mi suegro Juan Valdivia y su cuñado Alfredo Toledano; mis tías Carmen y Rosalía, en la terraza de la casa de mi abuela –hoy clínica de fisioterapia- con la hija de ésta, Rosalía, que más tarde se metería a monja; don Enrique Ramos y doña Mariah Reina, él mi maestro en el último curso de aquel bachillerato del 39 y los dos padres de mi cuñado Mario; la citada de mi abuela Francisca, fechada en 1953 y una en la que aparecen Nieves e Isabelita Marugán Toval, sobrina de Doña Ana, que después se casó con el hijo de ésta, Manolito Serrano, y que son padres de dos figuras intelectuales de primera magnitud, como ya os he citado en otras ocasiones; después está la también citada de Amado Lindo.

En otra fila aparecen mi hermana Francisca, antes de meterse a H. de los Pobres, con María Isabel Domínguez Faura, con sus misales de la época, y detrás de ellas me parece que está Paco Calvente; Antonio Martín, el de la More, en sus años mozos, me parece que en el Portezuelo, con la Lobería de fondo; Juan Cabezas Prieto, el tío Juan. hermano de la abuela de Pilar, Salvadora, que vivió sus último años en casa de mi suegra; Rosarito Mendoza, tan guapa como siempre, en una foto fechada en junio de 1951; y María Josefa Valdivia con Angelines Sanz Daza Bautista, de fecha 31 de abril de 1950.

En la siguiente fila, una serie de bustos muy interesantes: Apolinar Larqué en sus tiempos de empleado de ferrocarriles, Antonio Calvente Pérez con su perilla característica en su época de estudiante en Madrid, Consuelito Nieto parece que en 1954, Santos Domínguez Faura y Angelita Toledano de jovencita.

A continuación, aparece mi prima Francisquita de Molina Ortega, la hija mayor del tío Joaquín, en sus tiempos mozos, decana de la rama De Molina-Faura, a quien todos queremos y no por ello solamente.

En una nueva hilera aparecen las dos tías monjas ya citadas con otra foto en sepia, que no sé a ciencia cierta si se corresponde con mi tías Carmen Rodríguez (casada con Salvador Martín), Carmen Martín Cañamaque (esposa de mi tío Jesús, suegro de la citada Francisquita) o Carmen Martín Jiménez (casada con tío Pepe Faura); y dos sacerdotes, uno de la familia (Joaquinito, Jesuita, historiador de la Compañía aun residente en la Cartuja de Granada y al que hemos visto recientemente en las últimas bodas de los sobrinos) y otro paisano insigne, el Cura Jacobo, una institución en Málaga donde hizo lo indecible a favor de los más necesitados.

Una orla en la que figuran insignes soldados durante la desaparecida mili, desde Pedro Hidalgo Martín (todavía tengo pendiente una pequeña biografía de este gran gaucinense, colega en los gloriosos tiempos de ejercicio de profesión antes de que desparecieran los Jugados de Gaucín y Alcalde de San Roque en los heroicos trances del Gibraltar español), Juan Manuel Domínguez Faura, el mencionado Apolinar, Francisco Martín el Hechicero compañero del voluntariado de Aviación en la Málaga del 1951, mi cuñado Pepe Rubio López que la hizo en Ifni, y Sebastián Moyano de mi quinta, la del 52.

No os preocupéis, pues pienso seguir con la galería.