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No saben pronunciar tu nombre: Gaucín PDF Imprimir E-mail
Escrito por Salvador   
Jueves, 14 de Julio de 2011 11:38

 



No saben pronunciar tu nombre

berberisco, lleno  de vientos

-de olor a corchos y jara-

sobre dos mares

tan tiernos.


 

No tienen conciencia de que en el Estrecho,

como un anuncio de aguas rumorosas

que canta aromas de rosas,

se unen el Genal y el Guadiaro

en un arpegio de aconteceres.


Por eso estoy aquí

-inevitable  escribano  de sucesos-

para comunicar sin quimeras

las verdades que encierran

tus indestructibles almenas.


Pero, no. Sólo me atrevo

a puntear las simples evidencias

de la sencillez de tus cosas

y en la intimidad de esta prosa

algo quedará dicho de tus esencias


Un asno testarudo.

Dos ovejas de lanas deshilachadas.

Tres cabritos por allí perdidos.

Dos ruecas de mulas despistadas.

En el precipicio, apenas tres  arrieros

reflejados sobre el río.


Entre tantos murmullos,

apenas un haz de colores

por el alargado tragaluz

de cales hirientes, cinceladas

en los muros del alma.


Un enjambre sin colmenas.

Dos  jilgueros de canto silvestre.

Una teja verduzcada

de aguas y de pólenes.

La lluvia que ya no cae

sobre mi tristeza.


Una mujer de negro y su cántaro

recortados  sobre blanco.

Los peroles de cobre

sobre la repisa del rojo fogón.

Contrastes y juego de colores:

apenas tú


El llanto de un guitarra

en los quejigos del alma,

mientras el canto se apaga

en los bordes profundos

de  la montaña del Hacho

en la que arde la zarza


Cómo estar feliz

sin dormir en las rocas

grises, acariciantes,

de nostálgicos ayeres

soñados mil veces:

Gaucín