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Juguemos con la medicina PDF Imprimir E-mail
Escrito por Salvador   
Lunes, 13 de Agosto de 2012 08:41

 

En  mi niñez, el jugar a médicos era uno de los pocos escapes que se permitían a la inocencia forzada de aquellos tiempos. Pero la ingenuidad de los escarceos no pasaba a más. Añoro aquella época en que se atendían las conflictividades sanitarias por el médico de familia o de cabecera, así llamado precisamente porque acudía a la de la cama del enfermo tratando de sanar los males del cuerpo y –no en casos tan aislados-  también los del alma. Eran tiempos, incluso, en los que al enfermo se le permitía morir en su lecho familiar, rodeado de los suyos, y, llegados al final del periplo, eran velados por familiares y amigos en las incomodidades entrañables del hogar que quedaba en silencio.

Pero, no voy a seguir molestando la atención de los lectores con nostálgicas melancolías. Pretendo únicamente dedicar una pequeña catilinaria a los responsables de la cuestión sanitaria sin ir más allá de exclamar tristemente “¡oh tiempos! ¡oh costumbres!” como  exclamó Cicerón  contra la perversidad de los hombres de su tiempo.

 

Montoro cree que la CE le autoriza a sustituir, intervenir y repartir a su antojo las competencias de las CA lo que le permite limitar gastos a discreción, lugar común en el ámbito sanitario. La Junta  ha formulado recurso de inconstitucionalidad contra dichas medidas. No sé cual gobierno es el responsable; si el central que reasume competencias cedidas a las autonomías para imponer severas medidas de reajuste o tal vez la Junta en evitar la reduplicación de medidas restrictivas. Pero sí me consta lo que puso de relieve el Presidente del Colegio Médico de Jaén: “La Sanidad está grave y con pronóstico reservado… las promesas se han volatilizado:…  la Ciudad sanitaria...la Facultad de Medicina…tenemos camas triples en habitaciones pensadas para dos… se están sacando consultas médicas a los pasillos, los enfermos están en ambulancias de un hospital a otro, a veces sólo para una consulta médica… el rechazo de los recortes es un clamor… No es el momento de echarse a la calle… (pero) abogamos por un gran Pacto para la Sanidad… Nuestro colegio tiene una máxima: La salud es irrenunciable y todos debemos de aspirar hacia la excelencia”.  A nivel nacional no me voy a reiterar en lo que ya he dejado escrito a propósito de los recortes, pero sí quiero hacer mención a dos noticias relacionadas con esa moneda de cambio que son los emigrantes..

 

En estos días, mientras el éxodo de médicos y enfermeros se duplica por las podas sanitarias, debido especialmente a que los contratos eventuales no se renuevan y las bajas no se cubren, nos enteramos de que Sanidad sólo asistirá a los emigrantes sin papeles que paguen unos 60 euros al mes (los mayores de 65 años, casi triplicarán la cuota, en aras del do ut des) y los menores y embarazas tendrán un copago del 40%. Un hachazo más para el desmantelamiento del modelo sanitario, universal y gratuito. Un tema altamente sensible. Tan es así que  el rechazo a este plan es unánime, en el arco político y en los colectivos médicos, mientras el País Vasco, Andalucía y Cataluña reprueban la medida. La excepción está en el partido que sostiene al gobierno que -aunque se dice heredero de la tradición cristiana- en este caso rechaza la objeción de conciencia, al tiempo que anima a los emigrantes a regresar a su país (entre paréntesis: yo le preguntaría a José, el carpintero, a su regreso de Egipto, si desatendería a un emigrante sin papeles, como él mismo). Se manejan criterios mercantilistas y han sido los propios profesionales de la medicina los que entienden que la medida no es aceptable, pues en los criterios en conflicto siempre han de primar el médico y humanístico, sin ceder a coacciones políticas, económicas o partidistas. Aunque sea preciso regular el turismo sanitario y la emigración ilegal, no son estos los métodos para encontrar la solución y habría que buscar otras medidas de control del gasto sin escudarse en recortes poco éticos.

 

La guinda del pastel semanal (esta rama de los servicio públicos está generando constantemente noticias de gran impacto renovador, desde que la Sra. Mato ejerce su ministerio) es la trifulca que se ha montado ante la campaña contra los recortes sanitarios que, a través de su Web,  ha emprendido la organización de consumidores Facua. Sanidad le ha recordado, con sutil chantajeo,  que debe cumplir con la legalidad –por lo que se ve, en estos tiempos de mayoría parlamentaria, la libertad de expresión en defensa de los intereses propios de las asociaciones de este tipo es una ilegalidad -  pues, en otro caso, perderá las ayudas de la Administración. El portavoz de la organización ha replicado que no se arrodillará “por un puñado de euros”, pero la anécdota pone de relieve el nivel de libertad en el ejercicio de los derechos básicos de la comunidad. A este paso (después de los recortes en RTEV con la defenestración de sus principales figuras periodísticas) estaremos cerca de cercenar los derecho esenciales de una sociedad democrática.

 

Ante estas dos expresiones represivas -que, con todos los respetos, me parecen reprobables- creo que lo más sano sería refugiarse en nuestros juegos infantiles, o como mucho hablar de los médicos… pero de los de verdad, de “los de antes más”, como dice un amigo. Y dejarlos ejercer su ministerio con criterios éticos, al tiempo que intentemos comprender que los emigrantes –en palabras de Ratzinger- no son un número, sino hombres y mujeres, niños, jóvenes y ancianos que buscan un lugar donde vivir en paz.