Imágenes

malaganav09 124r.jpg

Contador de visitas

mod_vvisit_countermod_vvisit_countermod_vvisit_countermod_vvisit_countermod_vvisit_countermod_vvisit_countermod_vvisit_countermod_vvisit_counter
mod_vvisit_counterHoy27
mod_vvisit_counterAyer63
mod_vvisit_counterEsta semana180
mod_vvisit_counterSemana anterior592
mod_vvisit_counterEste mes27
mod_vvisit_counterMes anterior1686
mod_vvisit_counterTotal1027761

Visitantes en línea: 6
01-05-2024

Busca en mi página


Designed by:
SiteGround web hosting Joomla Templates
Protagonistas PDF Imprimir E-mail
Escrito por Salvador   
Lunes, 24 de Septiembre de 2012 13:02

 

Se puede ser protagonista de una acción o suceso, cuando uno desempeña el papel principal, lo que no es más que la constatación de la realidad. Radicalmente diferente es intentar, de propósito y posiblemente sin méritos para ello, estar en el primer plano o mostrarse como la persona más cualificada en un caso determinado. El afán de protagonismo es una afectación histriónica para simular ser lo que no se es.

Recuerdo con nostalgia la voz irrepetible de Cecilia –hace ya cuarenta años de ello- entonando aquella canción de protesta social, "Dama, Dama", que fue el inicio exitoso de su carrera, en la que se describía el protagonismo que la tal dama quería arrogarse, en su manía de sentirse el centro de la atención social. De tal modo que “si no fuera por miedo, sería la novia en la boda, el niño en el bautizo, el muerto en el entierro, con tal de dejar sello”. Pues, bien,  al igual que a esta viaja dama de alta cuna, a muchos de los personajes o personajillo de nuestros días, le pasa lo mismo. Unos, a la fuerza (como le ha sucedido a Santiago Carrillo que, sin previo aviso, se convirtió en justo protagonista de los primeros días de esta semana); y otros,  porque es de lo que viven, con esa obsesión por ser reconocidos como la persona más calificada y necesaria, cuando lo que pretenden es sorprender con alguna intención no muy recomendable.

 

Haré una enumeración de estos intentos de protagonismo sin pretender disculpar a unos o justificar a otros, pues en el fondo todos tienen una cierta carga de intenciones malévolas. Hago una excepción con el Rey Don Juan Carlos, que ha sido protagonista –creo que sin afán de protagonismo- al publicar en su recién estrenada  página Web la carta en la que se lee “en estas circunstancias, lo peor que podemos hacer es dividir fuerzas, alentar disensiones, perseguir quimeras, ahondar heridas". Es posible que bordease el equilibrio deseable y haya un exceso crítico al hablar de quimeras, pero en otras ocasiones -sin ir mas lejos, en las pasadas Navidades con el tema de la crisis- ha dicho cosas más lacerantes y nadie se ha dado por aludido. Lo malo en esta España nuestra –como le gustaba decir a Cecilia- es que nadie ha hecho caso nunca de las advertencias del monarca y, menos, ha seguido sus llamadas a la unidad y la convivencia.

 

Pues, vayamos al grano, con el repaso de la semana, que intentó protagonizar el  mismo lunes el Sr. Rubalcaba, aprovechando la entrevista de TVE, donde apenas pudo anunciar su oposición al rescate y recordar la desafección ciudadana, pues la dimisión de Esperanza Aguirre, el martes  18, atrajo todos los focos sobre la figura que amaga con irse después de treinta años de liderazgo del ala más conservadora de la derecha española, aunque no se enorgullezca mucho –según propia confesión- de sus meteduras de pata (desde el hijoputa de Caja Madrid a la pena de muerte para los arquitectos, pasando por aquello de no tenemos un puto duro, yo soy pobre de pedir o su posición frente a las mamamdurrias) No fue del todo  explícita sobre los motivos últimos de su decisión, pero ahí queda su clara oposición a las últimas medidas adoptadas por su partido (IRPF, IVA, el caso Bolinaga…) lo que implica una profunda animadversión a la forma de ejercer el poder de Rajoy, que pudiera estar vislumbrando una nueva conspiración tranquila contra él. De momento, la primera decisión del sucesor González ha sido la de conceder la medalla de oro a Aguirre por su gran protagonismo en la reciente escena política española.

 

En la tarde del mismo martes, 18, muere Carrillo, a sus 97 años y la sorpresa se trocó en comentarios sobre su importante papel en la transición española, mientras que otros optaron por recordar supuestas efemérides menos gloriosas. De todas formas, con esta muerte y la reciente de Fraga, se acaba una forma de ver y entender la política, que hoy por hoy, coge de perfil a muchos.

 

En Bilbao, se solapa el acto de entrega del premio anual de la Fundación M. Á. Blanco en donde se ha vuelto a reunir en público el Gobierno y la AVT tras un mes de distanciamiento y críticas por la concesión del tercer grado y la libertad condicional al citado preso de ETA enfermo de cáncer. Todo se ha escenificado con el abrazo que Rajoy ha dado a las representantes de las víctimas de ETA,  en la persona de Ángeles Pedraza. Ésta  -que ha terminado diciendo que a los terroristas enfermos sólo debería permitírsele salir horas antes de la muerte- ha actuado consciente de su gran protagonismo en el tema del terrorismo, lo que para mí –sinceramente y sin tapujos lo constato- resulta inexplicable, pues la política tiene su sede en el Parlamento elegido por todos.

 

Ya sabemos que, con motivo de la Diada, una considerable afluencia de catalanes se manifestó en pro de la independencia, propuesta que es –simplemente, como ha dicho Pujol- inviable mientras no se cambie la Constitución, tajante en lo que se refiere a la unidad indisoluble de la nación española. Al siguiente día, el Sr. Artur Mas se desplaza a Madrid y en el Hotel Ritz –digno teatro para tal comedia- nos dijo, con gran protagonismo, que no estaba loco, que estamos a las puertas de un "cambio de rumbo" en la relación España-Cataluña, ante el sentimiento de fatiga mutua, por lo que ésta “hará su camino”. Con esta bandera se presentó –conociendo de antemano el desenlace- el jueves, día 20,  en la Moncloa y recibió la esperada negativa de Rajoy, con la que se volvió triunfante a Barcelona, a recibir de nuevo el aplauso multitudinario de su público. Con afectada tristeza, ha recalcado que Cataluña no puede aceptar el futuro “gris” que se propone cuando puede ser “más luminoso y brillante”. Un excelente mutis por el foro del protagonista de la movida.

 

A menor escala, cuando las confederaciones de padres, laicos y católicos, se unen contra los recortes y reclaman ayudas, aparece la figura estelar  del ministro Wert –siempre con su peculiar protagonismo de tertuliano-  que se siente descorazonado porque no valoramos sus sacrificios y aconseja a las familias que si no pueden comprar los libros, reaccionen de forma constructiva y busquen soluciones como la reutilización de los materiales escolares.

 

Es hora de dejar en las tablas de su protagonismo a personajes de ficción que nos pretenden confundir con sus neurastenias.