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La cuesta de enero PDF Imprimir E-mail
Escrito por Salvador   
Sábado, 12 de Enero de 2013 00:30

 

 

Para iniciar esta especial cuesta de enero –especial porque mal nadamos en la cresta de la ola de la crisis mundial- me encuentro en el periódico que ojeo con dos noticias adosadas el mismo día. Una, venía desde más allá del Atlántico: Obama pedía evitar que la política –la oposición drástica del partido republicano- provoque lo que se ha venido en denominar con dramatismo el “abismo fiscal”. La otra, en la esquina misma de nuestra economía, nos comunica  que Hollande se queda sin tasa para los ricos.

El Presidente francés había incluido en los Presupuestos de 2013  el muy simbólico impuesto del 75% para los ingresos superiores al millón de euros anuales, en cumplimiento de su promesa electoral.  La medida había encendido el debate sobre el exilio fiscal, alimentado en las últimas semanas por el traslado a Bélgica del actor Gérard Depardieu. La noticia nos indicaba que el Consejo Constitucional francés, sin pronunciarse sobre el principio mismo de la imposición, la anulaba en razón a su modalidad de cálculo, que atenta “contra la igualdad ante las cargas públicas”. La decisión ha causado la natural satisfacción en la derecha francesa, cuyos líderes se han mostrado muy críticos con el “bombardeo fiscal” del gobierno socialista.

 

Por su parte, las pretensiones de Obama -ante la amenaza que hubiera llevado a EE UU y al mundo a una nueva recesión-  han sido aceptadas por el Congreso, a última hora y después de una larga y espinosa confrontación, con un trasfondo de carácter puramente político como ha dejado entrever la dura oposición del ala más conservadora del partido republicano. Se ha evitado una subida general de impuestos y se han aceptado una serie de medidas en políticas sociales, como extender por un año las ayudas a los parados. Pero queda aplazado el tema de los recortes de gastos y el del endeudamiento, sin perjuicio del peligro de claudicar ante los deseos republicanos de reducir las partidas reservadas a programas sociales y de preservar las destinadas a gastos militares. Lo estipulado en el acuerdo, ha dicho Obama,  hará que la economía de EEUU crezca y que "el déficit se achique de manera equilibrada, mediante la inversión en la clase media y pidiendo a los ricos que paguen un poco más".

Sería interesante buscar algún paralelismo entre lo acaecido en EEUU y en Francia y las tribulaciones que persiguen a los más poderosos en nuestros lares. No está de más recordar que,  en España, al tiempo que se suprime el subsidio a los cuidadores de dependientes, se impone un euro por receta a los jubilados, se congelan de hecho las jubilaciones, se despiden profesores, se privatiza la gestión de hospitales o se reducen sueldos,  hay miles de evasores de capitales y de defraudadores de impuestos que hurtan al Tesoro publico el equivalente al 23.3 % de PIB. No quiero recordar los falsos intentos de gravar a las grandes fortunas, de los vaivenes del impuesto sobre el patrimonio o del inimaginable desmantelamiento de los paraísos fiscales de las SICAV, sin citar la reciente amnistía fiscal y aledaños. Cierto es que no debemos gastar lo que no tenemos, pero también lo es que no buscamos el dinero necesario en las bolsas donde se encuentra, a veces, de forma excesiva.

Esto me lleva de la mano a preguntarme si es posible oponer otros frentes al imperante liberalismo radical de nuestros días o, por el contrario, si hemos de aceptar el intocable estatus de la derecha dominante en la casi totalidad de los gobiernos occidentales.  Lamentablemente, incluso en países con una antigua tradición cristiana, se están multiplicando los episodios de bandidaje consentido.

Ha recordado hace unos días el Papa Benedicto que “el que trabaja por la paz debe tener presente que, en sectores cada vez mayores de la opinión pública, la ideología del liberalismo radical y de la tecnocracia insinúan la convicción de que el crecimiento económico se ha de conseguir incluso a costa de erosionar la función social del Estado y de las redes de solidaridad de la sociedad civil, así como de los derechos y deberes sociales. Estos derechos y deberes han de ser considerados fundamentales para la plena realización de otros, empezando por los civiles y políticos…esto se debe a que el desarrollo económico se hace depender sobre todo de la absoluta libertad de los mercados. El trabajo es considerado una mera variable dependiente de los mecanismos económicos y financieros. A este propósito, reitero que la dignidad del hombre, así como las razones económicas, sociales y políticas, exigen que se siga buscando como prioridad el objetivo del acceso al trabajo por parte de todos, o lo mantengan”.

Por ello, son muchos los que reconocen que es necesario un nuevo modelo de desarrollo, así como una nueva visión de la economía. Porque, de otro modo, pierden su justa valencia. Para salir de la actual crisis financiera y económica – que tiene como efecto un aumento de las desigualdades – probablemente se necesitan personas, grupos e instituciones que favorezcan la creatividad humana y un nuevo modelo económico. El que ha prevalecido en los últimos decenios postulaba la maximización del provecho y del consumo, en una óptica individualista y egoísta, dirigida a valorar a las personas sólo por su capacidad de responder a las exigencias de la competitividad.

Sin embargo, precisa el Mensaje papal, el éxito auténtico y duradero se obtiene con el don de uno mismo, puesto que un desarrollo económico sostenible, es decir, auténticamente humano, necesita del principio de gratuidad como manifestación de fraternidad. En concreto, dentro de la actividad económica, el que trabaja por la paz se configura como aquel que instaura con sus colaboradores y compañeros, con los clientes y los usuarios, relaciones de lealtad y de reciprocidad. Realiza la actividad económica por el bien común, vive su esfuerzo como algo que va más allá de su propio interés, para beneficio de las generaciones presentes y futuras.

 

Valdría la pena intentar subir la cuesta de enero con este bagaje de nueva ilusión. La bajada, será menos dolorosa.

 

NOTA.- Nuevamente, por problemas técnicos, me retraso en subir el artículo del lunes pasado, en Ideal.- De todas formas agradezco a mi hermano Jesús que lo haya publicado en su Facebook