Desisto, por el momento, de escribir sobre la corrupción, a la vista de que ésta no existe o, por lo menos, nadie está interesado en que desaparezcan los fantasmas de Barcenas y compañía. Voy a ir por otros derroteros, siguiendo el sabio consejo de “no entrar a debatir sobre este asunto” y teniendo la convicción de que las medidas que se han propuesto -en el nunca bien ponderado y recién celebrado Debate de la Nación-  sólo verán la luz, si es que llega el caso,  dentro de varios años, una vez en vigor las leyes que se empezarán a debatir cuando los afectados lo decidan. Además, señores, para mas señas: “no tengo nada más que decir… no voy a mencionar a nadie porque hace años que esas personas no ejercen ninguna responsabilidad de partido”.

Solo quiero hacer un pequeño hueco, por una semana y para distraerme con algunos conceptos acuñados en el ambiente, sin pretender sustituir las definiciones del DRAE, ni acudir a las acepciones del María Moliner o a las del Diccionario deL Español Actual de Seco, ni tan siquiera recoger palabras del hablar andaluz como hizo nuestra paisano Antonio Alcalá Venceslada. Basta con darse un paseo por nuestras calles, ojear la prensa escrita, escuchar los diarios radiofónicos o contemplar las tertulias televisivas y entresacar algunas de estas curiosidades que recojo, sin orden alfabético y al azar.

CONGRESO: Dícese de forma jocosa de algunas Asambleas, llamadas legislativas, en donde se decide –con permiso de la autoridad europea- el destino de las Españas.

MUJER FLORERO: La que sólo es válida para ejercer cargos ministeriales, sin que sus saberes alcancen a discernir cuando su consorte adquiere vehículos de importación. Dícese también de la esposa tonta o ignorante que ni tan siquiera pregunta de qué cuenta corriente o de crédito salen los dineros para abonar las fiestas infantiles de sus hijos bien amados. En el DRAE, florero es el fullero que hace trampas floreando el naipe.

CONFIANZA: La que presta un Presidente para que una Ministra quede exonerada de responsabilidad política alguna, por mucho que deje por desear.

PROMESAS: Dícese, especialmente de las electorales,  cuando se pueden realizar con total alegría porque no hay que llevarlas a cabo; solo hay que cumplir con nuestro leal saber y entender, con nuestro deber ¡y olé!

VERGÜENZA: 1ª acepción: la que no tienen casi ninguno de los que manganean en nuestra sociedad. 2ª acepción: la que nos da a algunos de ver este maremágnum.

ESPIONAJE: El que, según alguna prensa, afecta a todos los partidos políticos con implantación en Cataluña, menos a uno al  que, curiosamente, pertenece la única política que conocía las escuchas desde hace años y no lo puso en conocimiento de la autoridad ¿de cual?

REPUGNACIA: La que sienten algunos políticos por la corrupción

CORRUPCION: La que esos mismos políticos dicen que a ellos no le atañen.

NO ES DE RECIBO: Expresión que se dedica al proponente de una batería de modificaciones legislativas contra la corrupción, cuando no dice nada de lo que afecta a su partido, incluidos los más cercanos.

BAR: Lugar de esparcimiento donde se despachan y consumen bebidas y que, en ocasiones, se puede compatibilizar con un club de alterne, también llamado puticlub, en donde se favorece o se ejerce la prostitución.

CENAS: Aquellas que se engullen los pantagrueles al uso para su placer y que tienen lugar al atardecer o por la noche, por eso de la alevosía y nocturnidad. Se dice que de ellas, están las sepulturas llenas.

BAR-CENAS: Palabreja compuesta de un prostíbulo y de sepulturas llenas(las nuestras); también hace referencia al innombrable, al que no hay que citar, al que ya no tiene responsabilidad alguna porque, aparte de oler a podrido, nos tiene cogido, Dios sabe por dónde.

SINCERIDAD: Los ataques de ella que le pueden entrar al tal sujeto alguna mañana.

ENREDOS: Aquellos en los que no puede caer la fiel infantería, por no ser más que entretenimientos tontos e inútiles sobre la corrupción y, en concreto, sobre un señor que amasó una fortuna en el centro neurálgico de la organización, máxime cuando se duda sin razón alguna de si fue despedido o no, si se le mantuvo un despacho o no, o si se le pago, o no, un despido con derecho a la seguridad social. También responden al nombre de infamias e insidias… y todo lo que usted sabe que propalan los desalmados.

CHULERÍAS: Las  que se practican por los chulos, en forma de dedo inhiesto –llamado peineta o peseta- para burla y cachondeo del personal.

EXTORSION, lo que practican Barcenas y Torres, contra Rajoy y el Rey.

COBARDIA. Lo que practicamos nosotros mientras nos lamentamos de lo anterior

ESCANDALOSO: Lo es que te pillen en un renuncio  porque, como corresponde a nuestra idiosincrasia, somos  maestros en la doble moral: haz lo que quieras de puertas adentro, pero ¡pórtate en público!

PACTO: desiderátum al que se debería llegar en cuestiones de estado, excepto en los casos de corrupción, en los que cualquier pacto se entendería como “pasteleo”. Excluido el pacto,  sería recomendable ir directamente a descubrir a los corruptos, señalarlos con sus nombres y apellidos, exigirles responsabilidades políticas y, en su caso, expulsarlos de los partidos, aparte de llevarlos a los juzgados para depurar sus responsabilidades penales, incluyendo la devolución de lo robado a la comunidad.

HERENCIA: La que impide a los partidos ofrecer algo nuevo y, al mismo tiempo, les sirve de excusa o justificación para su inoperancia. Aunque se reciba a beneficio de inventario, siempre será “esa desconocida” y nos pillará de sorpresa, aunque la mayoría del haber hereditario lo conocíamos de antemano al provenir de nuestras propias Comunidades.

SENTIDO DE LA OPORTUNIDAD: El que posee un capitoste, republicano y periférico por más señas, pidiendo al Monarca que abdique, mientras su jefe se esfuerza por hacerse creíble en el Debate del Estado de la Nación.

No es preciso seguir con el debate. Me temo que la mitad de las anteriores definiciones han sido dadas por un académico con mala leche y la otra mitad por otro con un feo sentido del humor. Dios los perdone y se apiade de nosotros y ¡que nos coja confesados!

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