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De las derechas y las izquierdas PDF Imprimir E-mail
Escrito por Salvador   
Lunes, 30 de Septiembre de 2013 10:43

 

 

 

La repercusión mediática del papa Francisco no tiene límites. O, por lo menos, no los tenía hasta que ha tocado el corazoncito de las “derechas”. En una sorpresiva entrevista concedida a la revista de los jesuitas “Civilitá Cattolica”, Francisco ha afirmado que “nunca he sido de derechas”. Y,  ¡oh papistas!, esta primera “encíclica para el pueblo” –como  creo que debería ser considerada -  no tiene eco alguno en los medios cercanos a la Iglesia oficial. La línea de Rouco en la Conferencia Episcopal de España (tan agresiva siempre en las “cuestiones referentes al aborto, al  matrimonio homosexual o y al uso de anticonceptivos” sobre las que, por cierto,  ha dicho el Papa “no podemos seguir insistiendo”)  ha respondido con el silencio o de forma despectiva  –en su emisora oficial,  se le ha catalogado como “demasiado porteño”- , mientras que entre muchos seglares conservadores la pregunta es: ¿dónde vamos a llegar? Sólo conozco, en el ámbito eclesial, la declaración favorable del arzobispo de Valencia: "El mensaje de Francisco nos lleva al fondo del Evangelio, nos da pistas y claves fundamentales para trabajar".

Pues bien, en este primer comentario sobre el documento –tiempo habrá para bucear  más de una vez en esas pistas y claves fundamentales- sólo quisiera hacer unas breves consideraciones sobre el alarmismo suscitado por dichas palabras que, a mi juicio, se han sacado de contexto. Creo que para entender esta afirmación del Papa –sin irse por las ramas del catastrofismo- habré que leerla e interpretarla en el momento concreto en que fueron dichas y con referencia a sus circunstancias.

Si se lee en su integridad la entrevista, vemos como el entrevistador va poniéndonos en situación y, después de preguntarle por quién sea Jorge Mario Bergoglio (“un pecador…”) y  lo que significa para un jesuita ser Papa, entra de lleno en el tema, explica su preferencia por el padre Fabro (diálogo y discernimiento) y, al exponer su experiencia de gobierno con los jesuitas, “se pone serio, pero muy sereno” y no tiene inconveniente en confesar que su manera brusca y personalista de gobernar le causó problemas, en cuanto que “la gente se cansa del autoritarismo”. Y, me interesa destacar que termina su reflexión sobre esta cuestión diciendo: “Mi forma autoritaria y rápida de tomar decisiones  me ha llevado a tener problemas serios y a ser acusado de conservador… pero jamás he sido de derechas”.

 

¿Quiere ello decir que el Papa se decanta por una postura política concreta, al rechazar tajantemente su adscripción a las derechas?  ¿Es posible deducir de ello –y es la  impresión que me ha parecido recoger en mi  entorno-  que estamos ante un Papa de “izquierdas”?.

 

Derecha e izquierda son conceptos políticos que describen posturas distintas sobre la forma de entender la cosa pública. En efecto, la derecha, según la RAE, hace referencia, en las asambleas parlamentarias, al conjunto de personas que profesan ideas conservadoras; mientras que la izquierda es el conjunto de los representantes de los partidos no conservadores ni centristas y, también, el conjunto de personas que profesan ideas reformistas o, en general, no conservadoras. Una precisión más: la utilización de los plurales –hablar de derechas e izquierdas- en mi opinión, supone un plus peyorativo a las locuciones adjetivas. Me da la impresión que ser de derechas o de izquierdas, consideradas en plural y en el argot político, es una visión negativa de los posicionamientos de derecha o izquierda.

 

En el ámbito de la entrevista, nada más alejado de una postura condenatoria de una opción y  ensalzadora de otra. Conocido como es el espíritu de consenso y no de ruptura de nuestro personaje (de pensamiento abierto, según sus propias palabras), defensor de una Iglesia samaritana y misericordiosa, mejor podríamos decir –con Osoro, el citado Arzobispo de Valencia-: "No cabe, como advierte el propio entrevistador, una interpretación política de esta expresión, sino que se refiere a la dictadura argentina, a los errores del autoritarismo, y esa afirmación no puede ser interpretada fuera de contexto". Francisco no quiere condenar a nadie, porque parte de la consideración radical de que él es un pecador en el que el Señor ha puesto los ojos. Y esta mirada, como la que tuvo con Mateo el publicano, nos dice, es la que lanza a los hombres, una mirada de reconciliación y perdón. Ha insistido Osoro: "nadie pueda decir que la doctrina de la Iglesia o el catecismo condene a nadie, la propuesta siempre es de salvación. El Papa Francisco nos da una lección con su vida, su forma de actuar y sus gestos". Y .sólo desde esta perspectiva personal, se relaciona conservadurismo y derechas. A mi juicio,  lo que el Papa entiende por derechas –entre la que no se siente incluido- son los que tienen la verdad como algo propio, los que sienten  que la certidumbre les pertenece y la imponen de forma autoritaria, del mismo modo que piensan que el país es suyo (“si uno tiene respuestas a todas las preguntas… es un falso profeta que usa la religión en bien propio”, en palabras de Francisco).

 

En definitiva, sería peligroso –aparte de inveraz- considerar al Papa como defensor de una opción política concreta, frente a la opuesta. Ese “jamás he sido de derechas”, no quiere significar, en contraprestación, que el Papa “siempre ha sido de izquierdas”. Ni, por supuesto, que encarne o preconice a la izquierda política. Sencillamente, ha venido a decir que “en todo discernimiento verdadero… está presente la incertidumbre”  y a reafirmar que la Iglesia es la de los pobres, la que “escucha el sentir de los pobres”, la de “la clase media de la santidad”. “No es una capillita en la que cabe sólo un grupito de personas selectas”, ni está formada por “funcionarios clérigos de despacho”. La Iglesia es el pueblo de Dios en camino.

 

Por ello, en el marco del humanismo cristiano -que es la perspectiva desde la que pretendo comunicar  en cada artículo mis dudas y cavilaciones-, todo lo relacionado con este nuevo Papa me interesa enormemente por lo que desprende de frescura en el pensamiento y de autenticidad en el testimonio  Y esta previa consideración sobre a qué ha querido referirse Francisco, concuerda con mi particular visión del problema. Un servidor de ustedes cree haber dado con frecuencia  y en estas  páginas testimonio de su fe cristiana, al tiempo que ha intentado desmarcarse de lo que se conoce como derecha e izquierda,  intentando  ser objetivo dentro de lo posible en sus apreciaciones.

En definitiva, a mí, que soy de natural abierto y receptivo, me es particularmente atractiva esta punta de lanza misericordiosa…