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Escrito por Salvador   
Domingo, 25 de Mayo de 2014 23:06

 

Cuando mi hija Maite vio la foto en el móvil me puso un wasap en el que se preguntaba “Qué es eso: el yayoflauta????”. Aunque soy de la generación que intentó conseguir una vida mejor para nuestros hijos y que ve cómo ahora se pone en peligro la de nuestros nietos, no me considero integrado en ese colectivo formado por las personas mayores del movimiento 15M.  Simplemente, asistía al acto mensual de solidaridad con los emigrantes  -“Círculo de Silencio”-  organizado por el Secretariado de Migraciones, HOAC, Pastoral Obrera y Proyecto Rajab de la Institución Teresiana de Jaén y sostenía, junto a otras dos asistentes, la pancarta del evento. Pili, que casualmente pasó por la plaza de la Constitución -y fue la autora de la imagen digital- me puso otro wasap  repleto de muñequitos (emoticonos, creo que es su nombre correcto) aprobatorios y mi nieto, que iba camino del gimnasio, me advirtió que hacía mucho frío para mí.

 

 

Pues, no. No pasé frío o, por lo menos, no me di cuenta de ello. Quizá estaba un poco azorado porque no acostumbro a asistir a manifestaciones, mítines ni actos análogos. Pero creí conveniente solidarizarme con la solución europea al drama de la emigración que propone dicha plataforma. Lo que viene sucediendo en la frontera sur de la Unión Europea es una tragedia que debe y puede resolverse: Desde ya, y como punto central, han de valorarse por encima de todo los derechos  de las personas, con implicación tanto del gobierno español con de la UE. A dicho fin, propone el movimiento “Circulo de silencio”, cuatro medidas inmediatas, que me parecen correctas, aunque ya he puesto de relieve otras en anteriores artículos en los que he tocado el tema de la inmigración .La primera medida sería facilitar la regularización de los emigrantes de manera que no se vulneren sus derechos considerándosele “ilegales”. Además, proporcionar el acceso al país de la UE en que éstos tenga familiares residiendo, sin tener que volver a los países de procedencia. Garantizar la protección de refugiados y solicitantes de asilo, facilitando el reasentamiento en diferentes estados europeos. Y reconsiderar la política de visados en relación con los países africanos.

 

En relación con el tema, hace unos días –no recuerdo con motivo de qué lectura- me tropecé con la expresión “Ubuntu, que en la cultura Xhosa significa: Yo soy porque nosotros somos" que creo que está en el fondo de la cuestión. Ubuntu es la gran enseñanza que Sudáfrica aporta al mundo en los albores del siglo XXI. Esta regla ética sudafricana pivota en la lealtad de las personas y las relaciones entre ellas. Desmond Tutu, primer sudafricano negro en ser elegido y ordenado Arzobispo Anglicano  y Premio Nóbel de la Paz en 1984, escribía: “Una persona con ubuntu es abierta y está disponible para los demás, respalda a los demás, no se siente amenazado cuando otros son capaces y son buenos en algo, porque está seguro de sí mismo ya que sabe que pertenece a una gran totalidad, que se decrece cuando otras personas son humilladas o menospreciadas, cuando otros son torturados u oprimidos.”.

 

Si el problema migratorio –como otros de importancia vital: desempleo, paro juvenil, corrupción- se contemplara con una perspectiva de solidaridad entre todos quizá pudiéramos ayudar a solucionarlo. Y es que una persona se hace humana en razón, a través de las otras personas, sin egoísmos y con humildad. No sólo por razones éticas, sino porque es una evidencia política que yo soy lo que soy en función de lo que todos somos: el hombre es un ser social y el enlace universal de compartir, conecta a toda la humanidad. Lo contrario, por desgracia, de la última noticia que esta semana ha dejado un tal Bergara, ex Director de Igualdad de la Diputación de Bizkaia antes de ganar las elecciones a la alcaldía de Sestao, que calificó de “mierda de inmigrantes” a un grupo de cinco familias de rumanos que pretendían su empadronamiento y que han formulado denuncia –respaldada por SOS Racismo- en los juzgados contra el regidor por un presunto delito de prevaricación con el agravante de racismo al negarse sistemáticamente a dicho empadronamiento. Es más: En otro momento, el alcalde asegura que los vecinos le dicen que "están hasta los c. de los rumanos y de los moros y que gitanos buenos hay muy pocos". Por eso, él decidió: “La mierda ya no viene a Sestao. Ya me encargo yo de que se vaya. A base de hostias, claro”. Así de rotundo fue el Sr. Alcalde del PNV; y, por supuesto, sin  atisbo alguno de ubuntu, el espíritu de reconciliación, no centrado en la venganza del pasado sino en un mejor futuro para todos.

En todo caso, entiendo que esta filosofía sudafricana no se diferencia de los principios del autentico humanismo cristiano, cuando trata de afrontar los diversos desafíos que actualmente se nos presentan. Hay que reconocer que una cultura, en la cual cada uno quiere ser el portador de una propia verdad subjetiva, hace difícil que los ciudadanos deseen integrar un proyecto común más allá de los beneficios y deseos personales. Contra ello luchan organizaciones del ámbito católico –Caritas, las convocantes de “Círculos de Silencio- como instituciones creíbles ante la opinión pública, confiables en lo que respecta al ámbito de la solidaridad y de la preocupación por los más carenciados. Como ha puesto de relieve Francisco (EG, 61-67) “Mientras en el mundo, especialmente en algunos países, reaparecen diversas formas de guerras y enfrentamientos, los cristianos insistimos en nuestra propuesta de reconocer al otro, de sanar las heridas, de construir puentes, de estrechar lazos y de ayudarnos ‘mutuamente a llevar las cargas’ (Ga 6,2). Por otra parte, hoy surgen muchas formas de asociación para la defensa de derechos y para la consecución de nobles objetivos. Así se manifiesta una sed de participación de numerosos ciudadanos que quieren ser constructores del desarrollo social y cultural”.

Ya les dejo. Y no se preocupen, aunque bien pudieron pensar al inicio de este artículo que les iba a aburrir con una crónica familiar. No, no es sólo una crónica familiar. Fundamentalmente, mi intención ha sido hacer una crónica de solidaridad. Espero que les haya interesado. Ubuntu!!!!