Después de estas fiestas iconoclastas, en las que nos hemos dedicados a bajar de los altares a todos los santos y santones de nuestros almanaque político, social e institucional -con pretensiones de derribar, incluso, los cimientos del templo constitucional que construimos con gran esfuerzo y que se ha mantenido durante cuarenta años- creo es tiempo de otear el horizonte para descubrir, si es que lo hay, algún atisbo de sensatez. Y parece que se vislumbran algunos destellos, aunque no alcancen la gloria, de satisfacción colectiva. Ya está bien de desayunar, almorzar y cenar con malas noticias y manifestaciones de las más bajas raleas y es hora de levantar el telón para que los actores de nuestra escena política reciban algún aplauso merecido. Desde ya, es una alegría saber que vamos a perder de vista a las conocidas viejas glorias y esperar que alguna vez podamos decir –como si de un dulce de repostería se tratara- que esto nos sabe a gloría bendita, talque si degustáramos unos coquies de Santiago de Compostela.

Por cierto, en esta ciudad gallega se ha forzado, por parte de Feijóo, Presidente del Partido Popular, la dimisión de su alcalde, que arrastra sendas acusaciones por tráfico de influencias y acoso. El objetivo es poner fin al descrédito de esta formación, ante la descomposición del gobierno municipal por las condenas e imputaciones judiciales de sus concejales. Ángel Currás anunció por sorpresa su dimisión, tras la renuncia de más de la mitad de su equipo la semana pasada. Le sucederá un Conselleiro, que ocupaba el último puesto de la lista electoral del PP a las municipales de 2011. La decisión de Feijóo, ha pasado, de indicar que “el alcalde es el dueño de sus decisiones”, a forzar su cese, mientras el aludido atribuía su marcha a una dilatada “reflexión personal”. Bien venidas sean estas reflexiones, pero lo que es gloria bendita es ver a un partido político forzar la dimisión de sus indeseables. Es, asimismo, consolador saber que el presidente de la Xunta y del PP gallego admita que su partido está pagando en las urnas la erosión que le supone la corrupción.

El Papa Francisco pidió este domingo a israelíes y palestinos –representados en los jardines del Vaticano por los presidentes Simón Peres y Mahmud Abbas— “valor para decir sí al diálogo y no a la violencia… para derribar los muros de la enemistad y tomar el camino del diálogo”, y apeló a la memoria de los hijos caídos en el conflicto de Oriente Próximo para rogarles un nuevo esfuerzo: “Para conseguir la paz se necesita valor, mucho más que para hacer la guerra”. Tanto Peres como Abbas coincidieron en que sus respectivos pueblos desean “ardientemente” la paz. “Una paz entre iguales”, dijo el presidente israelí. “Una paz para nosotros y para nuestros vecinos”, insistió el líder palestino. Sólo se trató de un acto de encuentro y oración para invocar juntos la paz. Sólo eso, pero nada más y nada menos que eso. Esto es, verdaderamente, un gloria in excelsis Deo.

Draghi –con satisfacción general- toma medidas excepcionales: el supervisor decidió cobrar un 0,10% a los depósitos de las entidades con el objetivo de propiciar un mayor flujo del crédito. El efecto inmediato ha sido que la tasa que lleva su nombre obliga a los bancos a sacar el 60% de sus fondos del BCE (25.428 millones). Y me pregunto: ¿Por qué no lo hizo antes este conspicuo Señor; es más: por qué nuestros gobiernos no pudieron hacerlo con el mismo fin de activar el crédito? Todavía estamos a tiempo: según los cálculos, quedan dos tercios de créditos especulativos.

A mí, particularmente, me parece una gozada –pese a que debería ser lo normal- que alguien como la Presidenta de nuestra Comunidad –a quien todo el mundo socialista alaba y que fue solicitada por la casi totalidad de los barones para que se presentara a Secretaria General del partido-, después de indicar que su prioridad era Andalucía, no haya aceptado el reto de liderazgo del PSOE y permanezca a tiempo total al frente de la Comunidad. No hay incompatibilidad de cargos –ahí está Cospedal con su bicefalia- pero sí ha dado muestra de credibilidad y fidelidad a su compromiso con Andalucía.

Y, ya, para terminar, aunque no suene a gloria bendita, sí que es para cubrirse de gloria los siguientes episodios nacionales.

Cayo Lara ha dicho que no se notará su ausencia del hemiciclo como tampoco la de  Juan Carlos y Cristina. Hermosa y certera comparación. ¡Maaadre mííía!

El PIB será revisado y subirá un 4,5% con la inclusión en su cálculo de la prostitución y las drogas, lo que supondrá una bajada de tres décimas en el déficit y de hasta cuatro puntos en el nivel de deuda pública. Desconozco si ello supone la legalización de una de las formas de violencia de género y del tráfico de drogas, pero lo que no me explico es por qué no incluyen también en estos cálculos lo que roban los corruptos. Sería una fórmula novedosa para que tanto sinvergüenza siga prosperando.

No sé si nos enteraremos alguna vez si Duran y LLeida dice una cosa y quiere otra o quiere todo y no dice nada. Por lo menos, esta vez ha intranquilizado a sus socios, tirados al monte y en manos de Ezquerra. Bueno está algo de claridad. Aunque, con su abstención –basada en una supuesta exclusión de los nacionalistas catalanes- ayude a romper el consenso de 1978.

Me encantan los eufemismos: la “asistencia financiera” (hay quien la llamó rescate, aunque se apellidas financiero) se va a empezar a devolver con un adelanto de ocho años. Qué más da si seguirá siendo a nuestra costa y no a la de los bancos.

Las bases de Podemos se enfrentan a los fundadores. Una lista alternativa disputará a Iglesias la dirección de Podemos. El círculo de enfermeras presenta su candidatura para pilotar el partido hasta la asamblea fundacional en octubre. Albricias: ya parece que van pareciéndose a cualquier partido al pretender cotas de poder dentro de la organización.

El jolgorio es general: Rosell (el insaciable jefe de los empresarios) ha anunciado una nueva petición al Gobierno hacia el despido libre y sin coste. Tanto es así que, incluso,  la patronal vasca dice que la propuesta es una estupidez… ¡Vivan las caenas! decían antaño.

El Rey es objeto de reconocimientos y  homenajes de todo el arco no republicano y hasta Rubalcaba recibe los elogios de Rajoy. No hay nada mejor que retirarse por el foro

Es lo que hago, por hoy, para no tener que lamentar aquello de “nuestro gozo en un pozo”.