Imágenes

callejon de miguel.jpg

Contador de visitas

mod_vvisit_countermod_vvisit_countermod_vvisit_countermod_vvisit_countermod_vvisit_countermod_vvisit_countermod_vvisit_countermod_vvisit_counter
mod_vvisit_counterHoy32
mod_vvisit_counterAyer57
mod_vvisit_counterEsta semana242
mod_vvisit_counterSemana anterior592
mod_vvisit_counterEste mes89
mod_vvisit_counterMes anterior1686
mod_vvisit_counterTotal1027823

Visitantes en línea: 2
02-05-2024

Busca en mi página


Designed by:
SiteGround web hosting Joomla Templates
Todos son iguales PDF Imprimir E-mail
Escrito por Salvador   
Domingo, 03 de Agosto de 2014 23:14

 

Con esta expresión despectiva solemos referirnos a los políticos al uso…como si ellos se enterasen de nuestro comentario y, por supuesto, como si les afectase algo nuestro genérico veredicto. Me da la impresión que un pito –incluso, un pepino- es algo que cuadraría más para hacernos una idea de lo que a tan conspicuos personajes les importa nuestro  juicio.

De todas formas, nosotros, sin hacer caso al mandato evangélico de “no juzguéis”, hemos extendido la sentencia dictada contra los señores que conforman el legislativo y el ejecutivo, al otro brazo que debería sostener la evanescente división de poderes: el judicial. Ya pasamos por las armas –literalmente- al juez Garzón y, ahora, volvemos a deslizarnos por el Arco del Triunfo o por el de Trajano (sin necesidad de irnos a Paris o Roma) a los señores jueces con nuestras tácticas dilatorias, nuestras personaciones penales que sólo encumbren marrullerías y, llegado el caso, con los correspondientes indultos.

 

En todo caso –y pese a que ellos siguen a lo suyo- esta apestosa fauna sigue creciendo, creciendo, creciendo… hasta que llegue a explotar, si es que esta posible solución se produjese alguna vez. Que lo dudo, porque, en los últimos tiempos, hemos llegado a acostumbrarnos de tal manera a la pestilencia que ya, no sólo no nos llama la atención un nuevo escándalo relacionado con la Gurtël o los Eres, sino que vemos volar al exhonorable Puyol y su cohorte –tal que aves migratorias en formación- y ni nos inmutamos.

 

Nos parece normal el afán, sin límites y a todos los niveles, que tienen estos depredadores. ¿O no es el pan nuestro de cada día –posiblemente de todas sus repugnantes vidas-  enterarnos de nuevas y novedosas formas de quedarse con los dineros públicos? A mí, estos chicos –pese a sus manías obsesivas y huérfanas de ética- me parecen envidiables. Por el ingenio que despliegan para imaginar y ejecutar modalidades sin fin que tienen como único ídem el de procurarse unas saneadas y pingües  ganancias a costa de todos nosotros. Y, sobre todo, por la astucia que despliegan para que nadie se sienta afectado por sus fechorías. Desde luego, aparte de que somos unos pardillos,  en estos tiempos de vacaciones, no hay nada como quitarnos de encima estas fruslerías  que ni tan siquiera nos parecen enojosas.

 

Ahí tienen –he de volver a él porque su entrañable figura siempre me conmovió- el  caso del molt honorable D. Jordi Pujol i Soley (a pesar de tener sólo cuatro años más que yo, siempre me ha parecido un padre solícito y venerable) que no ha suscitado mayores resquemores. Si acaso, ha merecido la conmiseración benevolente –y un tanto crispada- del, por el momento, honorable y compasivo Sr. Mas, su heredero, parece ser que a beneficio de  inventario. Los demás, que si te vi no me acuerdo, porque, aparte de ser desagradecidos, es más conveniente zafarse de lo que a todos nos salpica. La verdad, no recuerdo la reprobación de los señores mandamases del PP y del PSOE, pero es posible que no me haya enterado de cómo han recibido el afeitado de barbas tan venerables. Es lo de siempre: ya conocen las reacciones drásticas en los casos Gurtël, Eres y Cía. o en los de los Fabra y Bartal y sus Diputaciones modélicas. Miedo me da de lo que pasará cuando lancen el anatema bíblico del “¡Vaya tropa!”.

Quiero pensar, a pesar de los pesares, que no todos son iguales. Christopher Gunness, Portavoz de la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos, no pudo contener el nudo que se le hacía en la garganta cuando se refería a los niños de Gaza y rompió a llorar. No es para menos, al ver las violaciones de la ley internacional por las partes implicadas en la conflictiva zona; y la “impunidad” con que actúa Israel, en palabra de la Alta Comisionada de la ONU, Navi Pillay, que apela al sistema de justicia internacional, al tiempo que acusa a EEUU de su silencio. Que, no faltaría más, es el de todos. Es tan acomodaticio el “acostumbramiento”, que lo fácil  es perder el mínimo asombro ante las injusticias.

 

Todavía parece que hay voces sensibles y con sinceras palabras de repudio. Por mi parte, quiero pensar que esto ha de cambiar, sí o sí como se dice ahora. Por eso, para despedirme, me permito parafrasear a Benedetti y digo que me siento lejano y  tan pequeño “que a Dios invoco, pero no le pido / nada, con tal de compartir apenas / este universo que hemos conseguido / por las malas y a veces por las buenas”.

 

Y me hago la misma pregunta que él, con la confianza en que os haga pensar:

 

“¿Por qué el mundo soñado no es el mismo

que este mundo de muerte a manos llenas?”