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Pregoneros de la memez PDF Imprimir E-mail
Escrito por Salvador   
Lunes, 22 de Diciembre de 2014 12:24

 

En este tiempo de las comunicaciones interplanetarias,  es consolador volver la mirada hacia atrás y recordar la familiar estampa del pregonero público. Veo, como si fuera ayer mismo, la figura pequeña pero entrañable de Cayetano, el voz pública de mi pueblo, que, trompeta en ristre, recorriendo plazas y esquinas, se subía en los escalones de algunas puertas, carraspeaba y, mientras los vecinos esperábamos con interés su perorata, casi gritaba su pregón callejero, muchas veces anunciando la llegada del pescaero, la mayoría de ellas para hacernos saber lo  que, de su orden, nos decía el señor Alcalde. Porque esa comunicación, pese a hacerse a voz en grito, era algo que se recibía confiadamente. Algo muy distinto al actual sistema de comunicarse en nuestra sociedad, especialmente entre la fauna política, donde pululan voceros, porteadores, correveidiles, portavoces y, en definitiva, simples bocazas, auténticos pregoneros de la memez.

 

 

Y es que, aunque parezca imposible, nuestros políticos cada vez se esfuerzan en salirse del plato de la forma más ruidosa visible. Me da grima, en vísperas de las fiestas navideñas, donde sólo la paz y la alegría deberían obtener posada, detenerme  –y hacerle a ustedes perder el tiempo- con esta ristra de estupideces y bobadas que anuncian –como ángeles cascados y malolientes- viejos porteadores de veladas verdades, medias falsedades, fingimientos  y podridas mentiras, a secas. Pero, manda la realidad y este es el ambiente de esta Navidad.

 

Por cierto, ahora que estamos en el efecto dominó (dimite/cesa Mato, le sucede el portavoz Alonso, ocupa su lugar el segundo Hernando), empecemos por un florilegio de éste último, exponente excelso de frases para no enmarcar:  "España tiene que dejar de ser el paraíso de la inmigración ilegal…puede haber casos puntuales de desnutrición infantil, pero es una responsabilidad que corresponde a los padres…algunos se han acordado de la tumba de  su padre, parece ser, cuando había subvenciones para encontrarle” y otras de aguerrido político de choque en momentos –como el de ahora- de dificultades para el partido. ¡Ah!: su última visión es achacar a los periodistas el incidente del loco de las bombonas contra Génova. Perdón, lo último ha sido su condena por calumnias a Rosa Diez. En buenas manos, mejor dicho en qué boquita nos ha dejado, señor jefe de la “tropa”.

 

Pero no hay que preocuparse: ya tenemos un nuevo portavoz, uno más, esta vez por vía fiscal. Sucesor de Torres-Dulce, que prometió dimitir cuando se sintiera presionado excesivamente por el Gobierno. A lo que se ve, la hora le llegó, como consecuencia de la Gurtël -el encarcelamiento de Barcenas y las fiscales no cesadas-, el tema de la Infanta Cristina y, más recientemente, la crisis catalana y la querella contra Mas, amén de su coincidencia con Ruz en las razones para la imputación de la Mato. Es un nuevo cuento de nunca acabar, un nuevo paso en la carrera contra la ídem judicial, como ya comenté la semana pasada. La cuestión la han cerrado con un argumento que todo el mundo ha considerado muy lógico; vamos, digno del mejor vocero del reino. Tanto el ministro del ramo como el propio Rajoy –desde el mismo Bruselas- han justificado la dimisión por ser debida estrictamente a “motivos personales”. ¡Hay que ser capaz de sostener esta versión de la destitución disfrazada de dimisión! Pues, si señor: capaz de esto, y de lo que haga falta, con tal de desnaturalizar la institución de la Fiscalía General del Estado (¿o lo es, del Gobierno?), cuya inamovilidad –y consiguiente credibilidad- cae por los suelos.

Me perdonarán e iré directamente, por esta semana, a los ejemplares más significativos de la especie: los bocazas, que son los que hablan más de lo que aconseja la discreción. Por desgracia, son los especímenes más abundantes de la fauna: la verdadera jauría. Y los hay en las distintas manadas.

 

Por ejemplo, dentro del arco socialista, esta semana ha sido sonado el rifirrafe entre el Secretario General y la Presidenta andaluza, azuzados por sus respectivos aláteres, sobre quien será el idóneo candidato a la Presidencia del Gobierno. Capitostes de nuestra Andalucía se reservan veladamente el derecho a decidir, Pedro Sánchez los desafía y Susana Díaz saca a relucir “los líos internos” y nos mantiene en vilo con el ya verá lo que hace “si pasa otro tren” (¿está esperando a que descarrile para subirse a salvarlo?); u séase, si no son buenos los resultados de mayo. ¿A qué juego del escondite juegan los jóvenes próceres del renovado socialismo… estos son los mimbres de los nuevos cestos para recoger los votos de la desilusión?

 

Si nos mudamos a la otra acera, las patochadas de los bocazas tampoco tienen límite. Para empezar, Floriano anuncia una exposición itinerante para explicar la salida de la crisis (¿los veinticinco años de paz?); Guindos nos ilumina con que los planetas se alinean para favorecer a España; Cospedal, nos dice que la corrupción es de todos, “un fenómeno social”;  y Rajoy, sentencia un día que “la crisis es historia” y, al siguiente, ante la risión general, matiza que no lo es para lo mayoría de  los ciudadanos; eso sí, no sólo se queja de la herencia recibida, sino que, a sensu contrario, lleva unos días añorando a Rubalcaba…

 

Pero, me permitirán que me detenga en el Sr. Fernández que, aunque parezca imposible, todos los días nos regala un nuevo abalorio de esas perlas pequeñas e irregulares que hacen la delicia del personal. “Estamos en un estado aconfesional”, les espeta a los obispos descontentos con las devoluciones en caliente; sin que se recate en manifestar que  “Dios está en el Congreso” o “Cataluña será cristiana o no será”, que ya sabemos que es un católico practicante.

 

La semana pasada me referí a este incansable pregonero. Pero ésta he de volver sobre el tema. Primero porque ha retado altaneramente a los que critican su política migratoria a "¡que digan a cuántas personas están dispuestos a acoger y si no lo hacen, que se callen!” Es un bonito ejemplo del espíritu navideño -preelectoral, por supuesto- parecido al de  Francisco cuando se dirigía desde la favela Manguinhos a “quienes no tienen más que su pobreza”. Y, en segundo lugar, por la reacción que sus palabras sobre las excarcelaciones (“lamentables, incluso jurídicamente”) han tenido en la Sala de lo Penal del T.S., al solicitar a su Presidente a dirigirse al del Gobierno para que actúe ante dichas declaraciones, lo que “provoca la desconfianza en las instituciones”.

 

Casi no me quedan palabras para desearles, pese a ello, unas felices Navidades y, por lo tanto, confianza en las instituciones, incluso en el grupo de pastores que nos pastorea.