Imágenes

annapellontl.jpg

Contador de visitas

mod_vvisit_countermod_vvisit_countermod_vvisit_countermod_vvisit_countermod_vvisit_countermod_vvisit_countermod_vvisit_countermod_vvisit_counter
mod_vvisit_counterHoy42
mod_vvisit_counterAyer57
mod_vvisit_counterEsta semana252
mod_vvisit_counterSemana anterior592
mod_vvisit_counterEste mes99
mod_vvisit_counterMes anterior1686
mod_vvisit_counterTotal1027833

Visitantes en línea: 3
02-05-2024

Busca en mi página


Designed by:
SiteGround web hosting Joomla Templates
Ricos y pobres PDF Imprimir E-mail
Escrito por Salvador   
Lunes, 16 de Febrero de 2015 00:35

 

Recuerdo con agrado aquella serie británica “Downton Abbey”,  que relataba los acontecimientos de una familia aristocrática y de sus sirvientes en las prostimerías del costumbrismo victoriano. Las vidas de sus personajes, símbolo de la jerarquía social británica, armonizan la prepotencia del tradicionalismo nobiliario de una aristocracia preocupada por el linaje y la continuidad de su apellido, con la entrega de una servidumbre que encarna los ideales de servicio y fidelidad. Se entremezclan poderosos y humildes, lujo y austeridad, ricos y pobres, todo dentro de la normalidad. Nada parecido a lo que sucede en nuestra sociedad, sin principios ni lealtades, ni aristócrata ni  plebeya, sino todo lo contrario…

Pero no se preocupen, no les voy a molestar esta semana con el parte de guerra habitual. Por supuesto, no voy a escribir ni una letra de más sobre el nuevo y glorioso tiro en el pie (me temo que en partes más sensibles) que se están dando los socialistas madrileños. Ni se inquieten porque el TS se haya decidido a investigar si los documentos enviados por la jueza Alaya revelan algún indicio de responsabilidad o no vinculan a los ex consejeros de la Presidencia de la JA: todo se aclarará, supongo que una vez termine el período preelectoral en nuestra Comunidad. Alégrense ya que el Sr. García Margallo –exponente del ala dura de la UE que ahora parece querer ocupar España- nos ha tranquilizado: la culpa de que  no nos hayan subido las pensiones hasta el  37 % o las prestaciones del desempleo al  50%, no ha sido del Gobierno español, sino de Grecia, a la que le hemos prestado un montón de millones (él no lo tiene muy claro: se inventa las cifras), aunque no llegue al pastón que les dimos a los pobrecitos  bancos, sin que nos preocupe mucho su reintegro; de todos modos, quizá sea un poco triste ver a Alexis Tsipras asegurar que Rajoy, "está equivocado" y nervioso al relacionar las "preocupaciones domésticas" en España –léase Podemos- con el éxito de su homologo heleno.  No se alarmen, por supuesto,  porque la justicia haya imputado a los guardias civiles que recibieron -no ciertamente con palmas y olivos- a los negritos que intentaban alcanzar la playa de Tarajal (y que murieron en el intento): todos los mandos políticos –que, por cierto no deben ser responsables de nada- han dicho que el juez está equivocado, porque todos los imputados son inocentes.

 

De verdad, no se impacienten: dejo el romancero de esta semana, porque sólo quiero dejar escritas algunas nimiedades sobre los ricos y los pobres de éste, nuestro mundo.

 

Ricos, ricos, lo que se dice ricos –bien que sinvergüenzas de tomo y lomo- son el puñado de españoles que, no solo roban materialmente si no que, con evasión fiscal, llevaban el fruto de sus fechorías a un banco británico. Nos hemos enterado de ello por la famosa lista Falciani, pronunciado como Falchiani, con ch de chollo, coloquialmente ganga, “usease”: cosa apreciable que se adquiere a poca costa, trabajo o negocio que produce beneficio con muy poco esfuerzo, nos dice el DRAE. No sé si a esta parva de delincuentes se les ha invitado o se les va a invitar a regularizar su chanchullo como ya hizo la Sra. Salgado en mayo de 2010 y que permitió a 558 evasores evitar condenas de hasta seis años de cárcel. O a lo que hizo el Sr. Montoro, en mayo de 2012, al invitar a otro puñado de evasores a acogerse a la amnistía fiscal pagando algo más del 1% del capital aflorado. Tampoco sé si habrán prescrito sus delitos o se les aplicará el correspondiente indulto, sin haber lugar a ominosas penalizaciones. Incluso, desconozco si estarán libres de culpa por aplicación de la renombrada doctrina Botín (que por cierto evadió un  buen pellizco de euros) en virtud de la cual se impide sentar en el banquillo al delincuente, si lo pide sólo una acusación popular. No estoy al corriente de lo que les sucederá a estos señores –por utilizar un socorrido eufemismo-, ni tan siquiera sé si el Sr. Montoro utilizará las filtraciones (cuya difusión han censurado los inspectores fiscales y que deben haberle pasado desde la sala de maquinas de la Agencia Tributaria) para hacer nuevas y veladas acusaciones sobre deportistas, políticos de la oposición, artistas o lo que se le ponga enfrente.

 

Pero, amigos, el comportamiento de este personal –la mayoría patriotas de pacotilla envueltos en la bandera patria-, habitantes de la planta noble de la española Abadía Downton, para mí tiene los calificativos de monstruoso e inaceptable, por cuanto que estas conductas son reflejo de las fuerzas ciegas y de la mano invisible del mercado.

 

Por ello, es obligado echar una humilde mirada a esos moradores del subsuelo de la Abbey patria: hay cerca de 13 millones de personas en riesgo de pobreza o exclusión social, según la Red Europea de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social. Para el INE son espeluznantes los indicadores de privación severa, que hace que esa gran masa de personas haya visto cómo se degradaban sus condiciones de vida hasta deslizarse hacia las capas más desprotegidas de la sociedad. Según Cáritas, las personas atendidas por esta entidad pasan de 1,9 a 2,5 millones, mientras que según sus prospecciones sólo el 34,3% de los españoles vive sin carestías esenciales. Haciéndose eco de estas informaciones, Cayo Lara en la sesión de control del pasado miércoles, día 11, interpeló al Presidente del Gobierno. “Me ha pintado usted un país que sinceramente yo no conozco” le contestó el Sr. Rajoy, desconocimiento que es lamentable sea real. En todo caso, la oposición coincide en que la situación no es la descrita por el presidente y Duran Lleida le ha acusado de "abusar de la propaganda".

 

Amigos lectores, termino con una reflexión: La dignidad de cada persona humana y el bien común son cuestiones esenciales de toda política económica, pero a veces parecen sólo apéndices propagandísticos. Molesta al sistema que se hable de ética, de solidaridad mundial, de distribución de los bienes, de preservar las fuentes de trabajo, de la dignidad de los débiles, de un compromiso por la justicia. La cómoda indiferencia ante estas cuestiones vacía nuestras vidas, y nuestras palabras, de todo significado (EG, 203).