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En tiempos de tribulación PDF Imprimir E-mail
Escrito por Salvador   
Lunes, 09 de Marzo de 2015 00:01

 

En la historia de la humanidad, han ocurrido pandemias de magnitudes apocalípticas como la peste negra del siglo XIV o beligerancias con millones de muertos a manera de las primera y segunda guerras mundiales en la pasado siglo. Son tiempos de amargura y desolación. La referencia a la Tribulación en las Libros Sagrados (Daniel, Apocalipsis, sobre otros) tiene como norte la perfección, una vez expiada la iniquidad: Sentenciaba Job: "Si me prueba en mi crisol, saldré puro como el oro”.

Ciertamente, los tiempos que corren, sin ser tan apocalípticos, tambien lo son de desabrimiento y desesperanza. Y podríamos preguntarnos, ya que estamos en vísperas electorales, si sería oportuno aprovechar estos momentos para renovar, reformar, regenerar nuestra sociedad. Algunos demandan un vuelco radical, no sólo en las formas  de ejercer la acción política, sino que un sustancial cambio en los contenidos. No obstante, la cautela pudiera hacer pensar en la recomendación del fundador de los jesuitas, Ignacio de Loyola, que aconsejaba “no hacer mudanzas en tiempos de tribulación”. El consejo advertía sobre la inconveniencia de tomar decisiones importantes cuando nos sentimos pesarosos, porque en esos momentos somos vulnerables y podemos dar pasos sin retroceso en nuestro camino por la vida, lo cual puede significar un alto costo a pagar por la precipitación o la insensatez.

 

No obstante, aunque esta sabia política hizo fuertes a los jesuitas frente a las numerosas pugnas a que se enfrentaron, no creo que, por lo que a nosotros afecta, tengamos tiempo para esperar a que escampe la tormenta, mientras que la niebla de los conflicto no nos deja encontrar la solución. España ha vivido grandes turbulencias y no ha sido fácil salir a flote. Precisamente porque los detentadores de los poderes institucionales –y fácticos- se han empecinado, siguiendo a Lampedusa,  en  cambiar todo para que nada cambie: puro cinismo como el de los partidarios del antiguo régimen, que se amoldaron al triunfo inevitable de la revolución, usándolo en su propio beneficio.

 

En un intento de aclararnos, les invito a recorrer el habitual currículo semanal, ya que en cada esquina nos espera una sorpresa, aunque sea difícil que haya algo que nos pueda resultar asombroso. Tal es la estulticia en que nos han metido, que cualquier  necedad nos parece lo más natural del mundo. Por empezar con los aledaños de la corrupción: ¿Alguien puede sorprenderse  que la Comunidad de Madrid –con numerosos cargos públicos imputados-  contrate a dedo a un abogado para que sirva de apoyo al Juez de la Gürtell, mientras la causa estaba bajo secreto sumarial? ¿Por ventura puede resultar extraño que la jefa de la oficina antifraude –que es decir tanto como Agencia Tributaria, Hacienda o Poder Ejecutivo-  se niegue a calcular el fraude por donativos ilegales al PP, desoyendo a Ruz –Poder Judicial-, lo que retrasa la causa e impide al juez, a punto de cesar, terminar su instrucción?

 

No, por favor, no hace falta que respondan. Les invito, mejor, a que reflexionen sobre esta perlita electoral: Los procesados Grau,  vicealcalde de Valencia y chulo de los de postín, De la Riva, Alcalde de Valladolid conocido por sus exabruptos machistas e Imbroda el protector de negritos y Presidente de Melilla , repetirán en las listas electorales: ¿transparencia, ejemplo, regeneración política? Quién lo sabe… Quizá baste con alegar lo que el primer ministro portugués Coelho,  que no pagó la Seguridad Social y se justificó diciendo: “No soy un ciudadano perfecto”.

 

Pero, para morirse de risa el video de Morago comparando a Paco, el buen extremeño, con Curro, bético en paro y personaje aderezado con los clásicos topicazos. Yo me partí de risa visionándolo y lamenté hasta la extenuación no ser súbdito del paradigma del humor refinado, que no solo se niega a retirar el bodrio como le aconseja su jefa Cospedal, sino que no quiere hacerle el caldo gordo a quien no le quedan puntos… Es todo un hombretón: ya lo demostró en sus reiterados viajes a Canarias.

 

Si no se han reído lo suficiente,  seguro soltarán el trapo cuando recuerden lo que nos dicen para caldear el cotarro electoral. Por ejemplo, la conocida dialéctica del miedo sobre los partidos satánicos: unos, vienen de la mismísima Venezuela y, otros, nada menos que de Cataluña. ¿No es para temblar? Pero no hay que preocuparse: tambien nos saben presentar a los adversarios –entre contoneos, chulerías gestuales y miradas perdidas- con la fina ironía de un ofensivo portavoz, que apela con falso gracejo a los colores: el morado, el magenta y… el naranjito. Hasta el punto que Rivera ha sido más listo y ha completado la propaganda que le ha hecho el PP con el Naranjito del mundial, que se ha convertido en  trending topic en Twitter.

 

Unas gotitas de humor local para coronar el pastel de la mediocridad. Qué alegría el beneplácito municipal al aparcamiento en las vías del tranvía. Qué placer la nueva redada por corrupción en nuestro Jaén. Qué tranquilidad saber que los que nos gobiernan no hacen caso a los informes del Interventor municipal y siguen adelante con las prisas en engrosar la plantilla con el personal de Epasa y Somucisa.

 

No sé si estamos en tiempos de tribulación apocalíptica. Pero, por si acaso, bien nos vendría un cambio porque, pese al venerable Ignacio, el cambio es inevitable y necesario.